De acuerdo con un artículo publicado hoy en el New York Times ("Latin Lovers", de Pamela Druckerman http://www.nytimes.com/2007/04/06/opinion/06druckerman.html?th&emc=th) los latinoamericanos son (¿somos?) los hombres más infieles del mundo en sus relaciones de pareja, sólo superados por los africanos subsaharianos (en Togo, 37 por ciento de los hombres casados o viviendo en amasiato declararon haber tenido más de una pareja sexual en los últimos 12 meses).
Los dominicanos son especialmente entrones: 20 por ciento de los casados o en amasiato manifestaron haber sido infieles en el último año. En el Perú, el porcentaje es de 13.5 por ciento. No hay datos de México, pero seguro que no cantamos mal las rancheras.
Entre los norteamericanos y los franceses, 4 por ciento de los hombres engañaron a sus parejas en un lapso equivalente.
De los países para los que se dispone de información al respecto, en el extremo blanco se encuentra Australia. Los australianos parecen ser los más fieles del mundo, con únicamente 2.5 por ciento de hombres "echando una cana al aire" en el último año.
No es raro que el texto se enfoque a la conducta de los hombres y que se sobreentienda que sus relaciones free lance son heterosexuales. Cuando se habla de aventuras casi siempre se piensa de inmediato en personal del sexo masculino tomando la iniciativa y en mujeres del otro lado de la cama. Pero sería interesante indagar qué pasa con las mujeres en esa línea, cuántas casadas o en amasiato juegan un papel activo en la infidelidad, y cuántas de esas operaciones furtivas --tanto de hombres como de mujeres-- implican preferencias homosexuales.
Dice la autora que "In this era of love matches, monogamy is the preferred arrangement practically everywhere, and cheating is carried out in secret. The big differences are in how people in different countries redress the wrong."
Un tema fascinante, este de la infidelidad, por la gran cantidad de ramificaciones que tiene y la consiguiente diversidad de perspectivas desde las cuales debe abordarse para medio entenderse.
Recuerdo de mis lecciones de catecismo que se peca no sólo por la acción, sino también por omisión, y de "pensamiento, palabra y obra". El que esté libre de culpa... ahí tiene la caja de piedras.
Los dominicanos son especialmente entrones: 20 por ciento de los casados o en amasiato manifestaron haber sido infieles en el último año. En el Perú, el porcentaje es de 13.5 por ciento. No hay datos de México, pero seguro que no cantamos mal las rancheras.
Entre los norteamericanos y los franceses, 4 por ciento de los hombres engañaron a sus parejas en un lapso equivalente.
De los países para los que se dispone de información al respecto, en el extremo blanco se encuentra Australia. Los australianos parecen ser los más fieles del mundo, con únicamente 2.5 por ciento de hombres "echando una cana al aire" en el último año.
No es raro que el texto se enfoque a la conducta de los hombres y que se sobreentienda que sus relaciones free lance son heterosexuales. Cuando se habla de aventuras casi siempre se piensa de inmediato en personal del sexo masculino tomando la iniciativa y en mujeres del otro lado de la cama. Pero sería interesante indagar qué pasa con las mujeres en esa línea, cuántas casadas o en amasiato juegan un papel activo en la infidelidad, y cuántas de esas operaciones furtivas --tanto de hombres como de mujeres-- implican preferencias homosexuales.
Dice la autora que "In this era of love matches, monogamy is the preferred arrangement practically everywhere, and cheating is carried out in secret. The big differences are in how people in different countries redress the wrong."
Un tema fascinante, este de la infidelidad, por la gran cantidad de ramificaciones que tiene y la consiguiente diversidad de perspectivas desde las cuales debe abordarse para medio entenderse.
Recuerdo de mis lecciones de catecismo que se peca no sólo por la acción, sino también por omisión, y de "pensamiento, palabra y obra". El que esté libre de culpa... ahí tiene la caja de piedras.
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