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Políticas de acceso a Twitter en Los Angeles Times

Hace unos días, en este mismo espacio publicamos unas ideas para el desarrollo de políticas de acceso a medios sociales en las empresas. Aunque no tuvimos comentarios por escrito, varios colegas hicieron gestos de escepticismo ante esa propuesta: finalmente, los medios sociales son casi sinónimo de libertad absoluta, ¿cómo está eso de reglamentar su uso?

Pero la tendencia va hacia allá irremediablemente.

De acuerdo con una nota publicada hoy en el Huffington Post, los integrantes del periódico Los Angeles Times acaban de recibir una advertencia: el Twitterverse no es un sitio seguro. Por ello, el editor Russ Stanton y el assistant managing editor, Henry Fuhrmann, establecieron los nuevos lineamientos que normarán el uso de medios sociales como Twitter y Facebook. Entre ellos, los siguientes:
  • Integrity is our most important commodity: Avoid writing or posting anything that would embarrass The Times or compromise your ability to do your job.

  • Assume that your professional life and your personal life will merge online regardless of your care in separating them.

  • Even if you use privacy tools (determining who can view your page or profile, for instance), assume that everything you write, exchange or receive on a social media site is public.

  • Just as political bumper stickers and lawn signs are to be avoided in the offline world, so too are partisan expressions online.
Los Angeles Times no es el único medio de comunicación que ha decidido regular la presencia de sus colaboradores en los social media. El Washington Post y el Wall Street Journal también publicaron políticas que han sido diseñadas para proteger la objetividad de los diarios a los ojos de sus lectores, aunque con ello han provocado la ira de blogueros y miembros del staff a los que les parecen medidas excesivamente restrictivas.

Comentarios

  1. Excelente publicación Sal. Muy ilustrativa de lo que se avecina.

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  2. Gracias por el comentario, Sophie. En efecto, las organizaciones van a tener que llegar a definiciones respecto al acceso a redes sociales de sus integrantes en tanto representantes de las mismas. Es particulermente difícil en universidades, por cierto, con el personal docente y con los alumnos.

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