Ir al contenido principal

El blackberry NO ayuda en situaciones cara a cara

Imagina las siguientes escenas:
  • Una madre, mientras amamanta a su hijo recién nacido, revisa su correo electrónico. El pequeñito, como todos los bebés sanos, busca activamente la mirada de su madre y espera escuchar su voz, pero todo lo que ve es el logo de Motorola y todo lo que oye son los pitiditos del outlook.

  • Un cirujano, en plena operación, deja pendiente la incisión en un órgano vital para twittear algo así como: "esquivando páncreas, va para largo #vivanloscirujanostwitteros". El resto del equipo médico espera pacientemente a que termine y deje a un lado su smartphone. Tú eres el paciente, o alguno de los tuyos.

  • El capitán del Airbus 380 en que vas volando alterna las acciones correspondientes al protocolo de aproximación al aeropuerto de destino con el chateo en Facebook vía teléfono celular.

  • En la clase de tu hijo, frecuentemente suena la señal de "mensaje recibido" en el blackberry del profesor; cada vez que eso ocurre, el docente detiene la clase y dedica unos momentos a leerlo y responder.

  • Estás en un restaurante "de buen nivel", en buena compañía, dispuesto a disfrutar de una buena cena. Hace un rato que ordenaron. Finalmente, el mesero se aproxima con las viandas. Coloca en su lugar la sopa de tu acompañante y cuando se dispone a hacer lo propio con la tuya escucha la señal de mensaje de su Palm Centro, deja el plato en la charola, saca el aparato del bolsillo, lo enciende, lee, ríe, teclea, envía, lo apaga, lo guarda y retoma el procedimiento de servir un platillo que ahora está al menos un grado más frío (igual que la sopa de la otra persona, que educadamente esperó a que estuviera lista la tuya). El mesero esboza una sonrisa más fake que un perro verde, dice mecánicamente "buen provecho" y se retira.

  • En la misa del domingo, el sacerdote está dando la comunión. Ante él, una larga fila de fieles esperando su turno para participar en la eucaristía. De pronto, se escucha la versión para celular de La Incondicional de Luis Miguel. El cura detiene el proceso, entrega el copón al acólito, mete las manos entre su ropa litúrgica, saca su blackberry y lee un mensaje antes de continuar con el sacramento.

  • En un partido de primera división, cae un gol y el árbitro duda si se trató de un remate en fuera de lugar. Voltea inmediatamente hacia su juez de línea, para poder decidir, y lo encuentra guardando apresuradamente su blackberry. Éste no vio la jugada por estar chateando.

Podríamos imaginar muchas más viñetas como éstas, pero es suficiente. Suenan absurdas ¿no? Son situaciones inaceptables que implican abuso, riesgos, improductividad y falta de respeto. Quizá a algún lector le parecerán exageradas, pero los ejemplos pueden aplicarse a situaciones privadas, menos riesgosas o menos comprometedoras y el mensaje es el mismo: no eres tan importante, esta ocasión no amerita mi presencia plena ni mi atención total.

Algunos jóvenes con quienes he comentado sobre el tema me explican que ellos son multitasking, que pueden desempeñarse en tres o más pistas a la vez y que si al interlocutor no le gusta verlos conectados es problema de él. La verdad es que la atención dividida nunca será más que eso; el multitasking con 100% de efectividad en todas las tareas que se llevan a cabo simultaneamente es un mito. O sea que además de verse irrespetuosos y divagantes, ni siquiera están rindiendo al cien.


Estoy seguro de que a un porcentaje elevado de nuestros interlocutores no debe hacerles la menor gracia darse cuenta de que en las entrevistas o juntas con ellos estamos contestando mails, chateando o leyendo mensajes en nuestros teléfonos o laptops. Mejor apaguémoslos. Ni la empresa, ni el país ni el mundo se van a venir abajo si nos desconectamos media hora.

La foto es de Alma y fue tomada de Flickr.

___________________________________

Después de publicar esta entrada encontré una nota interesante sobre etiqueta en la era de las redes sociales, escrita por Bill Thompson, comentarista de BBC World Service: Social media challenges social rules (haz click en el nombre). Muy recomendable.

___________________________________

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Consistencia

Hace 2,000 años Séneca, el filósofo romano, explicaba la honestidad a uno de sus discípulos en los siguientes términos: "Éste debe ser nuestro principal empeño: decir lo que sentimos y sentir lo que decimos; que nuestro lenguaje concuerde con nuestra vida. Ha cumplido con su cometido aquel que sigue siendo el mismo cuando lo ves y cuando lo escuchas. Veremos qué cualidades y qué capacidades tiene: pero que sea uno y el mismo. Nuestras palabras no tienen que agradar: tienen que ser de provecho". Casi 20 siglos después estas ideas no sólo siguen siendo vigentes, sino que seguramente resultarán bastante más significativas para muchos, por la grave crisis de valores que vivimos en la sociedad . La credibilidad, el crédito que concedemos a lo dicho por otras personas, es un recurso escaso hoy dia no únicamente para individuos, sino para grupos, empresas, medios de comunicación e incluso gobiernos. No se diga políticos y sus partidos. Ya no le creemos a casi nadie. Y no es un asunt

Marca-país: España

Empresa y país La marca España cerró hace tiempo el servicio de atención al cliente Juan José Millás 12 ABR 2013 - 00:00 CET ¡Ah, la marca España, la puta marca España! ¡Qué hallazgo, lo de asociar un país con un producto de consumo! Había que venderla, pues, con las técnicas agresivas con las que se vendía un coche, una lavadora, una tendencia. El objetivo, de acuerdo con la jerga del márquetin, era convertirla en una marca “aspiracional”. Que uno deseara tener títulos de esa empresa como otros se mueren por pertenecer al Club de Campo (aunque luego no paguen). ¡La marca España! El pobre Margallo todavía sueña con una campaña como la de Fanta, que se enfrentó valientemente al prestigio de las bebidas con burbujas y ganó una batalla, aunque parece que perdió la guerra: pagafantas ha devenido en sinónimo de idiota. Quizá haya llegado el momento de dejar de ser un producto de consumo para ser de nuevo un país (si alguna vez lo fuimos), una familia, permítanme la afectación, donde, más

Más sobre la comunicación de La Costeña

Un par de muestras más para confirmar el escaso talento de la gente de La Costeña para la comunicación y el pobre apoyo que recibe de sus asesores en la materia. Ser un buen director de empresa, como seguramente es Rafael Celorio, no hace a nadie en automático un buen vocero. La lectura del documento en el video anterior lo prueba fehacientemente. Necesita desarrollo en esa línea o cederle los trastes a alguien con más recursos. Lo mismo puede decirse de las personas que lo acompañan en esta exposición. Son como robots, les falta chispa, pasión, argumentos que atrapen. La organización que publica el video de BTL le hace un flaco favor a la empresa y en particular al Sr. Celorio. La oficina de comunicación de La Costeña debería exigir su inmediata bajada de las redes. El tema del supuesto sabotaje a la línea de producción NO es de marketing ni de caída de ventas -al menos no hacia el público- sino de mantenimiento, QUE NO RECUPERACIÓN (ojo con el punto Don Rafael) de la c