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Charlando con los del Olimpo

El Management tip of the day (Harvard Business Publishing) de ayer se refería a un tema que me llama la atención: ¿cómo dirigirse a los jefes?
Van quedando atrás los breves pero agradables tiempos de la "democracia empresarial" en los que el mero-mero era "Pepe" o "Toño" y el tuteo era aceptable. Vamos de regreso a la idea de que "el jefe es el jefe" y "donde manda capitán... etc." La formalidad viene por el camino de regreso.
Paralelamente estructuras más planas, equipos multifuncionales y multiniveles, empoderamiento y otras variables aumentan la posibilidad de contacto entre niveles organizacionales, poniendo con mayor frecuencia a la gente ante la oportunidad de interactuar con "los de arriba".
Por eso, es oportuna esta notita, basada en una entrada ("Tips for Making Small Talk With Bigwigs") del blog The Conversation, Harvard Business Review.

3 Tips for Making Small Talk With the Boss

Having the chance to talk with someone high up in your organization can be a great opportunity to share your ideas and gain exposure. But it can also be nerve wracking — what if you say the wrong thing? Here are three tips for preparing for your next chat with a head honcho:
1. Do your homework.

Find out what the senior team's priorities are. Work out a few key points about your projects or career as they relate to what senior leaders care about now.
2. Be brief.

Once in front of the senior leader, make your key points succinctly.
3. Read the situation.

If the senior leader is not interested, thank her for her time and move on. How you behave is more important than what you say. Yammering on signals a lack of self-awareness.

Si me lo permiten los lectores, yo agregaría algunas recomendaciones adicionales:
a. Evita la lisonja (no seas "barbero", pues). Nada de "cómo tenía ganas de conocerlo, señor", "me han hablado maravillas de usted", "no sabe cómo admiro su trabajo", etc. Mucho menos cosas más personales: "me encanta su sonrisa", "linda corbata", "¡qué bárbaro, qué fuerza de personalidad!". Ve hacia tu tema con dignidad, fluidez y naturalidad.
b. Evita hablar de terceros, para bien o para mal. No alabes ni grilles. Céntrate en tu asunto y en la relación entre tú y tu interlocutor.
c. No te hagas el chistoso. Muéstrate agradable y abierto, pero deja que el humor lo aporte el otro. Pocas cosas hay más embarazosas que equivocarse con un chiste o una ocurrencia desafortunados.
d. No trates de venderte. No aproveches la ocasión para asegurar una excelente impresión de tu inteligencia, tu ejecutividad o tus logros.

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