Ir al contenido principal

Pobre México

Hoy, la corporación Ford distribuyó este mensaje entre todo su personal, previniendo a quienes tuvieran planes de viajar a México ante la situación de inseguridad imperante en gran parte del país.



La medida tal vea sea un poco exagerada, aunque la verdad no podría afirmarlo con certeza. De cualquier forma, no culpo a Ford; lo hacen con el mejor interés de preservar la integridad de su gente, algo que no se puede cuestionar. El mensaje es claro y concreto, sin calificativos ni juicios. No me parece mal.

Entre este pueblo mexicano, eternamente en guardia contra los agravios, las ingerencias del "extraño enemigo" y los "atentados a la soberanía" habrá quienes pongan el grito en el cielo e igual hasta llamen a boicotear a Ford. Pero hoy serán menos que ayer, y mañana menos que hoy, porque cada día es más claro para más personas que la situación por la que atravesamos es gravísima y que cualquier precaución es poca frente a la barbarie que presenciamos, aterrorizados, cotidianamente en los medios (los menos afortunados "en vivo y a todo color").

Lo que más tristeza me da es que vamos volando hacia el aislamiento y la soledad, hacia un punto en el que nadie quiera invertir en México, ni venir de vacaciones, ni estudiar en nuestras universidades, ni hacer intercambios con nosotros, por miedo a aparecer cualquier mañana en una zanja, decapitado. En este escenario, la gente de otras latitudes dejará de interesarse en nuestros productos, más adelante en nuestras ideas y opiniones y al final en nuestras creaciones. Seremos vistos con suspicacia, si no es que miedo, en el extranjero, y nuestras mejores mentes saldrán huyendo despavoridas, como de hecho ya es claro que está sucediendo en muchos ámbitos.

Al final, este país en alguna época foco de ilusiones y prometedor destino para gente de todo el mundo, será un desierto estéril cubierto de osamentas y teñido de rojo.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Consistencia

Hace 2,000 años Séneca, el filósofo romano, explicaba la honestidad a uno de sus discípulos en los siguientes términos: "Éste debe ser nuestro principal empeño: decir lo que sentimos y sentir lo que decimos; que nuestro lenguaje concuerde con nuestra vida. Ha cumplido con su cometido aquel que sigue siendo el mismo cuando lo ves y cuando lo escuchas. Veremos qué cualidades y qué capacidades tiene: pero que sea uno y el mismo. Nuestras palabras no tienen que agradar: tienen que ser de provecho". Casi 20 siglos después estas ideas no sólo siguen siendo vigentes, sino que seguramente resultarán bastante más significativas para muchos, por la grave crisis de valores que vivimos en la sociedad . La credibilidad, el crédito que concedemos a lo dicho por otras personas, es un recurso escaso hoy dia no únicamente para individuos, sino para grupos, empresas, medios de comunicación e incluso gobiernos. No se diga políticos y sus partidos. Ya no le creemos a casi nadie. Y no es un asunt

Marca-país: España

Empresa y país La marca España cerró hace tiempo el servicio de atención al cliente Juan José Millás 12 ABR 2013 - 00:00 CET ¡Ah, la marca España, la puta marca España! ¡Qué hallazgo, lo de asociar un país con un producto de consumo! Había que venderla, pues, con las técnicas agresivas con las que se vendía un coche, una lavadora, una tendencia. El objetivo, de acuerdo con la jerga del márquetin, era convertirla en una marca “aspiracional”. Que uno deseara tener títulos de esa empresa como otros se mueren por pertenecer al Club de Campo (aunque luego no paguen). ¡La marca España! El pobre Margallo todavía sueña con una campaña como la de Fanta, que se enfrentó valientemente al prestigio de las bebidas con burbujas y ganó una batalla, aunque parece que perdió la guerra: pagafantas ha devenido en sinónimo de idiota. Quizá haya llegado el momento de dejar de ser un producto de consumo para ser de nuevo un país (si alguna vez lo fuimos), una familia, permítanme la afectación, donde, más

Más sobre la comunicación de La Costeña

Un par de muestras más para confirmar el escaso talento de la gente de La Costeña para la comunicación y el pobre apoyo que recibe de sus asesores en la materia. Ser un buen director de empresa, como seguramente es Rafael Celorio, no hace a nadie en automático un buen vocero. La lectura del documento en el video anterior lo prueba fehacientemente. Necesita desarrollo en esa línea o cederle los trastes a alguien con más recursos. Lo mismo puede decirse de las personas que lo acompañan en esta exposición. Son como robots, les falta chispa, pasión, argumentos que atrapen. La organización que publica el video de BTL le hace un flaco favor a la empresa y en particular al Sr. Celorio. La oficina de comunicación de La Costeña debería exigir su inmediata bajada de las redes. El tema del supuesto sabotaje a la línea de producción NO es de marketing ni de caída de ventas -al menos no hacia el público- sino de mantenimiento, QUE NO RECUPERACIÓN (ojo con el punto Don Rafael) de la c