Ir al contenido principal

A vuela tecla 8

  • El fracaso del deporte olímpico mexicano en los juegos de Beijing 2008 no debe sorprender a nadie. México nunca ha sido una presencia relevante en este tipo de eventos y no hay razón para esperar un cambio en los últimos cuatro años. Lo duro es que, hoy que todo hace crisis en el país, ni siquiera nos queda el gusto de ver a algunos de los nuestros destacando significativamente (no sólo "mi haciendo mi mejor esfuerzo" o "echándole muchas ganas"), o sea, ganando. Nunca tan fea como ahora, en casi un siglo, la narrativa de la vida mexicana. En materia deportiva, también, cantemos derrota (en lo que inicia la temporada futbolera en Europa y recuperamos el ánimo con Rafa Márquez, Giovanni -¿se escribe así?- y los demás mexicanos que se la tienen que rifar -y se la rifan bien, la verdad- porque les pagan por hacerlo y porque de lo contrario les dan una patada en el trasero y los mandan sin contemplaciones de regreso a su tierra).
  • ¿Cómo entendemos el deporte en Mexico? No voy a aventurar explicaciones porque no conozco lo suficiente, pero si juzgara por la sarta de estupideces con que las televisoras "sazonan" la cobertura de los juegos, por la pobreza de la información que nos ofrecen y por la absoluta ausencia de crítica, me parecería que se ve como una actividad de cotorreo, para pasar el rato, de segundo o tercer orden. Sé bien que el asunto tiene mucho más fondo y que las transmisiones son sólo una de las puntas del iceberg.
  • Y ya metido a hablar de las olimpiadas, me pregunto cuantos países más habrán llevado a Pekín bufones a hacer tonterías por las calles, a importunar -y hasta a faltar al respeto- a otros que ni la deben ni la temen, a alburear y en general a ejercer esta forma tan discutible de "humor" carente de inteligencia y muchas veces de un mínimo de buen gusto. En lo personal, no me hace gracia y no lo aguanto. Además, me da vergüenza. Parece que los mexicanos vamos a los juegos a payasear: no ganamos nada pero ¡ah, cómo echamos desmadre!
  • Dice Guillermo Sheridan en su columna Saltapatrás, de Letras Libres (agosto 2008) que "en general, el deporte mexicano, para decirlo realista y abreviadamente, es una laboriosa forma del nihilismo. Esto no obedece a nuestros avanzados complejos de inferioridad –de suyo imbatibles–, al pavor escénico, a la carencia de educación o a las peculiaridades físicas. Tampoco a una burocracia que aplasta con grilla cualquier amago de superación y cada cuatro años rompe el récord en la competencia de hacer el ridículo. No; obedece a factores de más hondo calado. Por ejemplo, si bien tenemos en claro en qué consiste competir, es evidente que la idea de triunfar nos parece irrelevante. Quizá se trate de nuestra acendrada obsesión con la igualdad. Desde niños, preferimos el fracaso subvencionado y redituable, y entendemos que triunfar tiene algo de ofensivo, un pedante ánimo de sobresalir sobre la comunidad".
  • En el maratón de hoy Madai Pérez llegó en el puesto número 19. Entre sus declaraciones destacan: "Es una prueba muy difícil, pero muy bonita. La disfruté y estoy satisfecha con mi trabajo"; "estoy orgullosa de mí porque se que le eché todas las ganas y no paré hasta cruzar la meta"; "luché con todo, dejé lo máximo allá afuera". Por su parte, otra compatriota de nombre Karina Pérez que llegó en el lugar 61 dijo: "pensamos correr en la humedad, en el calor, y apareció frío y lluvia. Luego me dio un dolor en el estómago por el agua fría, pero eso no tenía que impedir que yo terminara; no se esperaba mucho de mí, hice lo mejor que pude". ¡Qué bárbaro! Mejor no pensar de dónde salió el dinero para llevar a alguien de quien "no se esperaba mucho" a pasear a China, porque para qué hacer corajes en domingo.
  • ¿Te imaginas a las autoridades del deporte mexicano y a los deportistas que nos representaron en Pekín llevando a cabo un análisis a conciencia de lo que hace diferente a Michael Phelps, Dara Torres, Lisbeth Trickett o Rafael Nadal para identificar sus factores clave de éxito y ver qué puede adoptarse desde ahora mismo para mejorar? Yo tampoco.
  • Y en este contexto hay colegas que proponen la metáfora deportiva para motivar al personal de las empresas y fomentar la integración y el "espíritu de equipo", llegando al extremo de sugerir la presentación de los directores en traje de entrenadores. Suena poco oportuno.

Comentarios

  1. Si bien es clara la falta de disciplina de nuestros deportistas en Beijing, su precario discurso mediático y la carencia de cobertura y contenidos de calidad por parte de los medios, también es cierto que todo esto es un reflejo de muchos otros factores que como dice Salvador, están por debajo de la punta del Iceberg.
    Es justamente todo lo que implica el fracaso en estas olimpiadas, la desfavorable actuación y la participación poco relevante de nuestros competidores lo que ahora más que nunca, debe sorprendernos y llevarnos a establecer un análisis más profundo de la situación.
    Es cierto que los mexicanos somos una cultura que no se responsabiliza de sus fracasos pero asume las victorias ajenas, en el que todo es “Ganamos” y “Perdieron”, en el que actuamos a manera de cangrejos retrocediendo o avanzando en contraflujo y en el que todo el que tiene un logro es por ratero o por tranza; pero no podemos quedarnos sólo con eso, creo que es importante resaltar que también somos una sociedad que mucho cuestiona pero poco propone, tan es así que yo preguntaría ¿cuántos de nosotros somos atletas de alto rendimiento? o bien ¿cuántas de las personas que conocemos lo son?, y a partir de esto ¿por qué creemos que es así y como lo solucionaríamos?
    Sería interesante establecer un diálogo y un debate al respecto.
    Saludos,
    Rocío N.

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

Consistencia

Hace 2,000 años Séneca, el filósofo romano, explicaba la honestidad a uno de sus discípulos en los siguientes términos: "Éste debe ser nuestro principal empeño: decir lo que sentimos y sentir lo que decimos; que nuestro lenguaje concuerde con nuestra vida. Ha cumplido con su cometido aquel que sigue siendo el mismo cuando lo ves y cuando lo escuchas. Veremos qué cualidades y qué capacidades tiene: pero que sea uno y el mismo. Nuestras palabras no tienen que agradar: tienen que ser de provecho". Casi 20 siglos después estas ideas no sólo siguen siendo vigentes, sino que seguramente resultarán bastante más significativas para muchos, por la grave crisis de valores que vivimos en la sociedad . La credibilidad, el crédito que concedemos a lo dicho por otras personas, es un recurso escaso hoy dia no únicamente para individuos, sino para grupos, empresas, medios de comunicación e incluso gobiernos. No se diga políticos y sus partidos. Ya no le creemos a casi nadie. Y no es un asunt

Marca-país: España

Empresa y país La marca España cerró hace tiempo el servicio de atención al cliente Juan José Millás 12 ABR 2013 - 00:00 CET ¡Ah, la marca España, la puta marca España! ¡Qué hallazgo, lo de asociar un país con un producto de consumo! Había que venderla, pues, con las técnicas agresivas con las que se vendía un coche, una lavadora, una tendencia. El objetivo, de acuerdo con la jerga del márquetin, era convertirla en una marca “aspiracional”. Que uno deseara tener títulos de esa empresa como otros se mueren por pertenecer al Club de Campo (aunque luego no paguen). ¡La marca España! El pobre Margallo todavía sueña con una campaña como la de Fanta, que se enfrentó valientemente al prestigio de las bebidas con burbujas y ganó una batalla, aunque parece que perdió la guerra: pagafantas ha devenido en sinónimo de idiota. Quizá haya llegado el momento de dejar de ser un producto de consumo para ser de nuevo un país (si alguna vez lo fuimos), una familia, permítanme la afectación, donde, más

Más sobre la comunicación de La Costeña

Un par de muestras más para confirmar el escaso talento de la gente de La Costeña para la comunicación y el pobre apoyo que recibe de sus asesores en la materia. Ser un buen director de empresa, como seguramente es Rafael Celorio, no hace a nadie en automático un buen vocero. La lectura del documento en el video anterior lo prueba fehacientemente. Necesita desarrollo en esa línea o cederle los trastes a alguien con más recursos. Lo mismo puede decirse de las personas que lo acompañan en esta exposición. Son como robots, les falta chispa, pasión, argumentos que atrapen. La organización que publica el video de BTL le hace un flaco favor a la empresa y en particular al Sr. Celorio. La oficina de comunicación de La Costeña debería exigir su inmediata bajada de las redes. El tema del supuesto sabotaje a la línea de producción NO es de marketing ni de caída de ventas -al menos no hacia el público- sino de mantenimiento, QUE NO RECUPERACIÓN (ojo con el punto Don Rafael) de la c