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Apuntes, citas, hechos y ocurrencias 45

El mexicano -genéricamente hablando- no soporta la crítica. Si acaso y de vez en cuando la "de casa", la de la su propia familia, y con circunloquios porque el habla directa le ofende, le duele. Cuando alguien de fuera lo cuestiona, lo critica, o simplemente le señala alguna falta, en vez de aceptar que lo que en verdad le jode es el señalamiento de sus carencias o defectos, se escuda en el hecho de que sea el "extraño", el de fuera de casa, el que se tome la libertad de confrontarlo.

Alguien tiene que decir las cosas, y mejor si las dice con claridad y sin darle vueltas. Lo que no se puede nombrar nunca se podrá cambiar. Por eso, aprecio el hecho de que Fernando Vallejo haya tenido el coraje (los huevos) de decir lo que dijo, aunque en lo personal me pareció un poquitín superficial y medio efectista. De cualquier forma, qué bueno que lo haya dicho porque todos sabemos que donde el río suena es que agua lleva y si hay una cola larga que pisar en este país es la del PRI y sus adeptos. Los mexicanitos ofendidos lo que hacen es rehuir el debate enfocando la atención en el tema del derecho de los extranjeros a señalar sus faltas. ¡Ya crezcan!

 

  • Carpe diem, quam minimun credula postero (disfruta hoy, desconfía de mañana) Consejo de Horacio a Leuconoe.

 

  • Redundancia es un concepto difícil de asimilar en nuestro medio. Casi nunca se entiende bien, se confunde con la simple repetición o los pleonasmos (“subir arriba”) y se ve como una muestra de poca educación o una torpeza por la que hay que pedir disculpas (“perdonando la redundancia”), o incluso como un riesgo de ofender al interlocutor si llega pensar que redundamos porque lo creemos limitado o tonto. La verdad es que la redundancia bien manejada es un factor clave de la comunicación efectiva. El caso es que ayer me topé, en la puerta de entrada del Hospital Español de la ciudad de México, con un letrero que es un ejemplo curioso de redundancia, no muy bien manejada porque al final deja una sensación como de autoritarismo de alguien que no aprecia mucho la inteligencia de los visitantes.

redundancia

  • Al término del monólogo del candidato, una periodista hizo una pregunta en voz alta. Se había olvidado de que en esta campaña el candidato no admitía preguntas. Pero el candidato, despistado por un momento, también se había olvidado de esa imposición. "¿Podría repetir la pregunta?", dijo. Y la periodista respondió: "No". Cuento de Manuel Rivas en El País 05/11/2011

  • "So the universe is not quite as you thought it was. You'd better rearrange your beliefs, then. Because you certainly can't rearrange the universe." Isaac Asimov y Robert Silverberg, Nightfall.

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