- Un año más de precariedad para los mexicanos (y lo que se acumule)
- Aumento al salario mínimo de $1.80 pesos
- Sexenio de retrocesos en materia de remuneraciones
En México, durante un año más los aumentos a los salarios contractuales seguirán amarrados a la inflación. De este modo, en 2012 los mexicanos cumpliremos 10 años de deterioro del poder de compra. Algunos expertos estiman que el incremento a las remuneraciones será de entre 3% y 5% el año entrante, en línea con el índice general de precios. No obstante, la capacidad de compra de los salarios acumula un fuerte debilitamiento desde los años 80, recientemente intensificado con la crisis de 2008, lo que limita la posibilidad de consolidar un mercado interno dinámico que impulse la actividad económica. 
De acuerdo con la más reciente encuesta de Aon Hewitt realizada entre 226 empresas medianas y grandes de México, el próximo año habrían incrementos salariales de alrededor de 5% para el personal no sindicalizado de estas compañías. Hace unos días, el gobierno y el sector empresarial anunciaron un posible aumento al salario mínimo de sólo 3%, la miserable cantidad de $1.80 pesos, pero será en la segunda mitad de diciembre cuando la Comisión Nacional de Salarios Mínimos fije el el tamaño del aumento.
Según una nota publicada hoy en El Universal, Julio Boltvinik, investigador del Colegio de México, informó que al tercer trimestre de 2011, 14.3 millones de personas trabajaron sin contrato escrito y no tuvieron acceso a instituciones de salud, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Esto significa un deterioro de las condiciones laborales para más de un millón de mexicanos, ya que en 2008, alrededor de 13.2 millones de personas laboraron sin contrato escrito. En tanto, implicó que más de 1 millón 700 mil trabajadores no contaran con acceso a instituciones de salud entre 2008 y 2011.
“En el sexenio poco se ha avanzado en la generación de empleo y en el pago a los trabajadores”, señaló el investigador del Colmex, quien además explicó que a partir de la presente década se han visto incrementos salariales contractuales equivalentes a la inflación (cerca del 4%), lo que a lo mucho evita que su poder de compra siga cayendo año con año con el repunte de los precios.
Según la misma fuente José Luis De la Cruz, director del CIEN y académico del Tecnológico de Monterrey, consideró que en 2012 difícilmente los salarios alcanzarán a recuperar lo perdido previo a la crisis. “Desde 2009 y hasta 2012 habrá mucha población que ni siquiera recibirá el incremento de la inflación, sino que en el mejor de los casos se quedará con su mismo salario por años”, explicó el experto, quien añadió en que esa ha sido la tónica de todo el sexenio, pero sobre todo a partir de 2008 y 2009 se ha observado un retroceso en las remuneraciones reales que se pagan. “El salario mínimo se mantiene casi igual que a inicios del sexenio y en sí desde principios de la presente década”.
Sipse.com reporta datos de una encuesta realizada por la consultora Deloitte entre 200 empresas medianas y grandes del país de acuerdo con la cual se espera que el sector privado aplique un incremento salarial promedio de 4.5%. El documento de la firma indica que los sectores de manufacturas, energía y bienes raíces pueden aprobar aumentos superiores a 5%, mientras que la parte de comercio, aviación y transporte aportarían un alza de 4.4 y 4.6%. Jorge Ponga, socio de Consultoría en Capital Humano de Deloitte, explicó que “las empresas están tratando de vincular los resultados individuales y de negocio al modelo de pago", más que dar aumentos generales.
En la misma nota se reporta que Gerardo Gutiérrez Candiani, presidente de Coparmex, señaló que el nivel salarial estará en función del crecimiento que se alcance este año y la inflación. "Siempre tratamos de hacer que el salario esté un poco por arriba de la inflación, que no se pierda el poder adquisitivo de los trabajadores pero con una realidad muy clara a la situación que vive el país y que tienen las empresas mexicanas”. Las negritas son mías.
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En pocas palabras, el escenario de la economía familiar seguirá siendo sombrío para la mayoría durante un rato. Como consecuencia, la activación del mercado interno de la que tanto se ha hablado últimamente (y que se tomó como argumento fuerte para la organización del Buen Fin) seguirá en el congelador y con ello se pospondrá por tiempo indefinido una de las alternativas más creíbles para fortalecer la economía mexicana.
Seguiremos sufriendo carencias en el país del hombre más rico del mundo. Mientras tanto, gente como Gutiérrez Candiani siguen condicionando las remuneraciones al crecimiento de la economía y a la inflación, y a veces a una difusa dimensión de “productividad”, antes que a los resultados de las empresas en lo individual. Así, tenemos compañías con ganancias extraordinariamente buenas y sueldos raquíticos para su personal (cuando no despidos); los beneficios son para los altos ejecutivos (por lo común muy bien pagados) y los accionistas.
Desde el punto de vista de la comunicación, como sabemos, en la medida en que los integrantes de las organizaciones se sienten injustamente retribuidos o de plano explotados se dificulta promover el sentido de pertenencia y la identificación con la estrategia organizacional, comunicar valores y “enganchar” a la gente en los proyectos de cambio. En ese contexto, que es campo fértil para el cinismo, tampoco es fácil hablar de responsabilidad social.
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Ver también: “Salarios crecerían entre 3 y 5% en 2012: Analistas”, en El Semanario.
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