Ir al contenido principal

Rituales de fin de año en las empresas

El fin de año es una época de particular riqueza, y de no poco solaz y esparcimiento, para los interesados en el tema de los usos y costumbres empresariales, o sea de la cultura organizacional.
Diciembre es sin duda el mes más cargado de rituales. Y nadie se salva. Quien más, quien menos, todos tenemos de perdida un brindis para reunirnos con los compañeros de trabajo, con el pretexto del cierre de año y buscando la oportunidad para intercambiar abrazos y buenos deseos. Con motivos y objetivos muy similares, si no es que idénticos, en el extremo "de alto standing" encontramos comidas o cenas con buenas viandas y abundante bebida, además de música para bailar y rifas de aparatos electrónicos.
Cualquiera que sea el nivel, se trata de reuniones altamente ritualizadas. Sabemos a qué vamos, que debemos hacer y qué no, qué podemos esperar de los demás y hasta qué vamos a comer. Las variantes suelen darse dentro de marcos estrechos: no hay novedad y cuando la hay casi siempre es por efecto de algún imprevisto y no suele ser para bien de la reunión. La estabilidad es un valor entendido.
Hasta la "transgresión", algo probable en la medida en que se consume alcohol, es predecible. Las torpezas, deslices, pérdidas de compostura, "regadas de tepache" y "osos" siempre tienen sentido en el contexto de la reunión. Es rarísimo lo totalmente inesperado.
De hecho, estas fiestas se parecen bastante entre sí en lo esencial. El reto para el estudioso de la cultura es detectar las diferencias, entre las de una y otra empresa, y encontrarles valor de significado en el marco amplio de los patrones de comportamiento de la gente en la organización.
No sólo lo idiosincrático y lo diferente retratan la cultura organizacional. También lo ritualizado y lo predecible. Es todo el paquete completo el que revela patrones y adquiere sentido, el que cuenta parte de la historia de la organización.
En estas fiestas, yo me planteo preguntas como las siguientes:


  • ¿Hay una sola fiesta o hay fiestas por niveles, áreas, unidades operativas u otra distinción? Si hay más de una fiesta ¿son iguales o diferentes? ¿En qué radican las diferencias?

  • ¿Alguien habla? ¿Por qué habla(n) esa(s) persona(s) y no otra(s)? ¿Cuándo habla(n)? ¿Qué dice(n)? ¿Cuál es la respuesta de la concurrencia?
  • ¿Se hace un recuento de logros y fracasos del año? ¿Se habla del futuro?
  • ¿Se aprovecha la oportunidad para otorgar algún reconocimiento a alguien? ¿A quién? ¿Qué tipo de reconocimiento?

  • ¿Qué le quiere decir la empresa a su personal (y los demás invitados, si los hay) con la elección del lugar para la fiesta?

  • ¿Hay alcohol? ¿Cuánto? ¿Cuándo? ¿Qué produce en el ambiente? ¿Alguien pierde el control? ¿Quién? ¿Cómo se maneja la situación? ¿Hay seguridad para evitar la conducción de automóviles, u otros riesgos, en estado de ebriedad?

  • ¿Qué nos dice la elección de la comida?

  • ¿Cómo se acomoda la gente en las mesas, o en el local cuando no hay mesas? ¿Quién se sienta con quién?

  • ¿Hay música? ¿De qué tipo? ¿Se baila?

  • ¿Cómo influyen los niveles, jerarquías y áreas de responsabilidad en las interacciones? ¿Cómo se trata a las mujeres? ¿Y a los jovenes o viejos o fuereños?

  • ¿Hay rifas o regalos? ¿Qué se regala? ¿A quién(es)?

  • ¿A qué hora termina la fiesta? ¿Se "la siguen" en otra parte? ¿Quiénes? ¿Dónde?

Las respuestas a estas y otras preguntas expresan valores reales, vivos, actuantes. Las fiestas de fin de año, esta muestra única de "nuestra manera de ser", hablan de la cultura de la organización como ningún otro evento. Para quien aprende a leer en el libro del comportamiento, entre brindis y brindis, abrazo y abrazo, la cultura se revela con gran colorido e intensidad.

¿Cómo fue la fiesta de tu empresa este fin de año? Cuéntanos.

La foto fue tomada prestada de istockphoto

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

Más sobre la comunicación de La Costeña

Un par de muestras más para confirmar el escaso talento de la gente de La Costeña para la comunicación y el pobre apoyo que recibe de sus asesores en la materia. Ser un buen director de empresa, como seguramente es Rafael Celorio, no hace a nadie en automático un buen vocero. La lectura del documento en el video anterior lo prueba fehacientemente. Necesita desarrollo en esa línea o cederle los trastes a alguien con más recursos. Lo mismo puede decirse de las personas que lo acompañan en esta exposición. Son como robots, les falta chispa, pasión, argumentos que atrapen. La organización que publica el video de BTL le hace un flaco favor a la empresa y en particular al Sr. Celorio. La oficina de comunicación de La Costeña debería exigir su inmediata bajada de las redes. El tema del supuesto sabotaje a la línea de producción NO es de marketing ni de caída de ventas -al menos no hacia el público- sino de mantenimiento, QUE NO RECUPERACIÓN (ojo con el punto Don Rafael) de la c...

El mensaje de año nuevo de Enrique Peña Nieto

Una vez perdida la credibilidad todo suena a bla-bla-bla. Un discurso muy a la mexicana, con mucho rollo y poca sustancia; los "datos duros" son comparativos (cuantos días sin seguro social, sin PROSPERA, etc., etc.) pero no hay nada sólido hacia adelante, algo que justifique los aumentos -que en sí NO son "un reto", plantearlo de ese modo es engañar- en términos de beneficios para la población, acciones concretas compensatorias para la ciudadanía, o algo por el estilo. El argumento de las medidas que ha tomado el gobierno, previas al gasolinazo, es patético; la reducción del 10% al paquete de compensaciones (habrá que ver) de los mandos superiores del gobierno federal es de risa (más vale reír) y hay por ahí una contradicción que no entiendo: un beneficio de mantener la salud (es un decir) de la economía es evitar la pérdida de empleos, pero para hacerlo se ha mandado a la calle a alrededor de 20,000 personas del gobierno. No me cuadra eso de combatir ...

Consistencia

Hace 2,000 años Séneca, el filósofo romano, explicaba la honestidad a uno de sus discípulos en los siguientes términos: "Éste debe ser nuestro principal empeño: decir lo que sentimos y sentir lo que decimos; que nuestro lenguaje concuerde con nuestra vida. Ha cumplido con su cometido aquel que sigue siendo el mismo cuando lo ves y cuando lo escuchas. Veremos qué cualidades y qué capacidades tiene: pero que sea uno y el mismo. Nuestras palabras no tienen que agradar: tienen que ser de provecho". Casi 20 siglos después estas ideas no sólo siguen siendo vigentes, sino que seguramente resultarán bastante más significativas para muchos, por la grave crisis de valores que vivimos en la sociedad . La credibilidad, el crédito que concedemos a lo dicho por otras personas, es un recurso escaso hoy dia no únicamente para individuos, sino para grupos, empresas, medios de comunicación e incluso gobiernos. No se diga políticos y sus partidos. Ya no le creemos a casi nadie. Y no es un asunt...