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Los anuncios del Super Bowl XLVII

Cada vez más, la publicidad de la trasmisión televisiva del Super Bowl se vuelve un espectáculo en sí misma, un entretenimiento alternativo a la vez que complementario del espectáculo central que es el juego. Una gran atención se concentra en los anuncios producidos especialmente para lanzarse ese día, ante una audiencia de más de 110 millones de personas.

Cuesta hasta 4 millones de dólares el espacio publicitario de 30 segundos y a lo largo del partido se transmiten varias decenas de comerciales entre los que predominan los de refrescos, cervezas y automóviles. Aunque no están organizados bajo una estructura de programa -ningún publicista lo aceptaría- en realidad los anuncios del Súper Tazón han llegado a constituir un programa que podemos ver con interés, incluso quienes no vemos los partidos de futbol. Aunque en conjunto la publicidad no presenta una narrativa en sentido estricto, me parece evidente que acaba siendo una especie de mosaico-reporte de la marcha de la sociedad de consumo. A fin de cuentas hay una lógica de orden superior que constituye una especie de “meta-narrativa” de la voz favorita del capitalismo.

El sistema publicitario se esmera para generar expectación por la publicidad desde semanas antes del juego. Hacen publicidad de la publicidad presentándola como algo que hay que ver; de este modo refuerzan el interés del público por los anuncios, aseguran una mayor penetración, atención, recordación, etc., y rentabilizan aún más el gasto de los anunciantes.

La realidad es que este programa alterno integrado por los anuncios es muy poco interesante. No aporta casi nada a los receptores, más allá de la certeza de que a esta vida hemos venido a consumir.      

Acabo de ver una buena cantidad de los anuncios del Super Bowl 2013 en http://www.washingtonpost.com/wp-srv/special/sports/super-bowl-ads-2013/index.html#/6bab43f2-657d-11e2-b84d-21c7b65985ee/coca-cola-mirage--super-bowl-ads-2013 Quienes se animen a verlos tendrán claro de qué hablo en los renglones de arriba (aunque estén en desacuerdo).

En general me parecieron, como decimos en México, “de hueva”. No hay nada estimulante, verdaderamente digno de verlo con mis alumnos en la universidad o de comentarlo con los especialistas en comunicación comercial de la empresa en la que trabajo.

Coincido con el juicio de un periodista del New York Times cuando dice que: 

“The commercials that CBS broadcast nationally during the game were, by and large, disappointing. They represented a missed opportunity for marketers and agencies to demonstrate that they had at least some understanding of how contemporary consumers think and behave.

“Alas, the so-called creative minds of Madison Avenue chose once again to fall back on familiar strategies and themes that would have appealed more to viewers during the Eisenhower, Nixon, Reagan or Clinton administrations.”

Pero bueno, es publicidad y siempre hay algo visualmente atractivo, divertido o con algún aspecto interesante. Para ilustrar lo anterior, abajo inserté unos ejemplos de lo que a juicio de los lectores del New York Times, quienes reportaron sus reacciones ante la publicidad del Super Bowl, son los anuncios más destacados.

El más memorable:

 

El más gracioso:

Los tres más inteligentes (cleverest):

No voy a profundizar en el análisis, porque la comunicación comercial no es lo mío y mucho menos la publicidad. Sin embargo en este contexto es interesante acercarse a la voz crítica de Nina Badahir, quien con tinte feminista (que eso no te desanime, porque sus planteamientos son muy válidos e ilustrativos) analiza los mensajes sexistas de la publicidad del Super Bowl en los últimos años y presenta los ocho que le parecen los peores. No te lo pierdas, esta en http://www.huffingtonpost.com/2013/01/29/sexist-super-bowl-ads-the-worst-commercials_n_2574109.html?ncid=txtlnkushpmg00000035&ir=Comedy

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