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Storytelling: la foto del rey de Marruecos hundido en el lodo

Acabo de encontrar en El País una nota que me fascinó. La reproduzco íntegramente:

La foto de Mohamed VI que entusiasma a los marroquíes
Los internautas de Marruecos elogian una instantánea en la que el rey aparece enfangado
I. CEMBRERO - Madrid - 02/03/2009


La fotografía del rey Mohamed VI enfangado apasiona a los marroquíes. No sé sabe quién la tomó ni dónde aunque se supone que fue durante una visita real a una de las numerosas zonas inundadas este invierno en el norte del país. Ha sido colgada en numerosas webs y el semanario de Casablanca "Tel Quel" osó publicarla en "papel" el pasado fin de semana.
La imagen gusta en Marruecos porque descubren a un monarca en una situación inhabitual. Casi todas las instantáneas que se publican del soberano le muestran bajo el ángulo más rígido y oficialista. De ahí los numerosos comentarios elogiosos que suscita la foto alternativa. "Es una imagen noble que nosotros, los marroquíes, nunca podremos ver en televisión", escribe un internauta. "¡Bravo!, me recuerda a su abuelo", añade otro. "Y pensar que se podría haber quedado cómodamente su coche oficial", remata un tercero.
La selección de las fotos reales que se distribuyen a la prensa escrita marroquí incumbe a la agencia de prensa oficial MAP. Un decreto de 1956 requiere una autorización del palacio real de Marruecos para poder reproducir imágenes del rey y de su familia que no lleguen por ese cauce.
Por haberlo infringido, publicando una instantánea de Lalla Latifa, la madre de Mohamed VI, el semanario "Al Ayam" fue condenado en 2005. Un tribunal de Casablanca impuso a su director, Nouredin Miftah, y a su redactora jefe, María Moukrim, tres meses de cárcel -no llegaron a ingresar en prisión- y una multa de 100.000 dirhams (9.500 euros).


La foto en cuestión es esta:




¿Por qué me gusta tanto? Porque es un estupendo ejemplo de storytelling político involuntario, casi clandestino. Esta imagen cuenta una historia con un ángulo muy atractivo: un rey marroquí -¡casi nada!- en una situación incómoda a la que llegó en el cumplimiento de sus responsabilidades de monarca. Mohamed IV sacrifica no sólo sus zapatos (¿mil dólares, quizá?) y su traje (¿tres o cuatro mil dólares?) sino su comodidad y su dignidad real por llevar consuelo y ayuda a gente que sufría por las inundaciones. Es compasivo, capaz de sacrificio y, sobre todo, humano.

La historia puede sazonarse con base en la actitud solícita de quienes supongo que serán sus escoltas, listos ante la eventualidad de un resbalón y una posible caída, lo que sería absolutamente embarazoso e indigno. También con las figuras del resto de los personajes de la foto, que seguramente serán funcionarios, incluido un militar de alto rango, evitando hundirse en el lodo.

Al parecer, esta foto se "coló" a los medios al margen del estricto control del gobierno y por tanto resultó un éxito de churro, como el burro que tocó la flauta. Qué bien. Es probable que más de uno de los responsables de comunicación de la jerarquía marroquí esté pensando qué hacer para reproducir el fenómeno; les costará mucho trabajo, porque las imágenes que pueden llegar a causar reacciones deben ser auténticas (no producidas) y escasas para funcionar. A nadie impresionan los presidentes mexicanos (supongo que los de ninguna parte) acariciando por enésima vez a "la niña pobre" o a la ancianita jodida.

Sin embargo, cuando efectivamente reflejan la realidad y cuentan una historia las imágenes como esta son sumamente atractivas y poderosos medios de comunicación y promoción de ideas y personas.

"So remember, every picture tells a story, dont it?", dice la canción de Rod Stewart. Pero sólo unas pocas son realmente buenas.

Cabe mencionar que estoy aprendiendo mucho sobre el tema en un libro muy recomendable que me traje de España. Se trata de Storytelling, la máquina de fabricar historias y formatear las mentes, de Christian Salmon, publicado en 2008 por Península.

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