El deseo de que una marca esté “en todas partes” a veces puede jugar malas pasadas. Hace unos años, preguntábamos en este mismo espacio qué efectos podría tener, en términos de branding, la asociación mental inconsciente, pero de reforzamiento constante para quien circula por la ciudad de México, entre la marca más valiosa del mundo y la “chis”, considerando el alto número de botellas de PET de Coca-Cola llenas de orina que se encuentran tiradas por las calles. No tuvimos respuesta y dejamos el tema a un lado.
No se comentó aquí, pero otro hecho notorio que involucró la presencia de una marca en el escenario del crimen organizado fue la presentación por parte de la policía del sonriente narcotraficante Edgar Valdez Villarreal, más conocido por el ridículo alias de La Barbie, quien llevaba una camisa con un gigantesco (muy naco, dirían mis coleguitas fashion) logo de Polo. Esto ocurrió en 2010.
Poco después, en 2011, fue capturado y presentado el narcotraficante José Jorge Balderas Garza, el Jotajota, acusado de dar un tiro en la frente al futbolista paraguayo Salvador Cabañas. Todo indica que este tipo también le gustaban las camisas Polo.
Hoy toca el turno de aparecer en un ámbito indeseable a otra de las marcas más valiosas del mundo: Bimbo.
Resulta que se acaba de presentar en los medios a la banda de (“presuntos”*) asaltantes y violadores que a fines de la semana pasada atacaron a un grupo que se encontraba acampando en los alrededores de Chalco, en el Estado de México. De ser ellos los culpables**, se trata de 17 rufianes de muy mal aspecto y pésimos antecedentes, verdaderas lacras para quienes, ante lo que hicieron el viernes –entre otras cosas violaron a cinco mujeres, tres de ellas menores de edad- sobrarían firmantes de sus sentencias de pena máxima.
Pues bien, en la “foto de familia” de la banda para los medios destacan dos camisetas de futbol, me parece que del América y el Guadalajara, con sendos logos de Bimbo al frente, en rojo. Son las dos únicas marcas reconocibles en las imágenes. Terrible contexto para una marca de pan.
Seguramente no tendrá ninguna repercusión para Bimbo en su imagen o en sus ventas, pero qué duro que algo que ha costado tanto construir, y que es tan valioso, salga a la luz en circunstancias tan deplorables. Creo que una tarea para “cabilderos” en el futuro inmediato será convencer a las autoridades de que durante las presentaciones a los medios pongan chalecos (con el pretexto de la seguridad) a los detenidos para tapar las marcas que llevan en sus ropas. Esto de paso ayudaría a evitar entre el público ciertos sesgos en la percepción derivados de prejuicios asociados al atuendo.
Mientras tanto, ni hablar, no hay nada más que hacer. Así es esto del branding.
* Por ley en México debe decirse “presuntos” hasta que un juez no determine culpabilidad.
** Con la justicia mexicana nunca se puede estar del todo seguros.
Ver también:
- “La Marca, el activo más importante”, de Abraham Geifman, publicado ayer en El Semanario. http://elsemanario.com.mx/revista_semanal/394_14_20_jul/geifman/index.html
Hay por ahí cientos, si no es que miles de ejemplos de marcas en contextos indeseables. Si tienes alguno que compartir, usa el espacio “comentarios” (abajo) y ayúdanos a enriquecer el tema.
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