- Oí decir a David Resnikoff, psiquiatra, que "la depresión es la parálisis de la voluntad". Nada más cierto...
- En otro orden de cosas, mi amigo Joaquín Peón -bien conocido en este blog- me pasa al costo la recomendación de evitar comer en restaurantes cuyo nombre termine con ´s.
- Un ejecutivo, participante en un curso de comunicación que conduje hace unos días, comentó que "En nuestra área estamos muy expensos a vivir claroscuros…”.
- Una colega, mujer disciplinada por lo que se ve, expresó con convicción que “yo me acato a lo que me digan”.
Hace 2,000 años Séneca, el filósofo romano, explicaba la honestidad a uno de sus discípulos en los siguientes términos: "Éste debe ser nuestro principal empeño: decir lo que sentimos y sentir lo que decimos; que nuestro lenguaje concuerde con nuestra vida. Ha cumplido con su cometido aquel que sigue siendo el mismo cuando lo ves y cuando lo escuchas. Veremos qué cualidades y qué capacidades tiene: pero que sea uno y el mismo. Nuestras palabras no tienen que agradar: tienen que ser de provecho". Casi 20 siglos después estas ideas no sólo siguen siendo vigentes, sino que seguramente resultarán bastante más significativas para muchos, por la grave crisis de valores que vivimos en la sociedad . La credibilidad, el crédito que concedemos a lo dicho por otras personas, es un recurso escaso hoy dia no únicamente para individuos, sino para grupos, empresas, medios de comunicación e incluso gobiernos. No se diga políticos y sus partidos. Ya no le creemos a casi nadie. Y no es un asunt...
mientras tu amiga/colega no deje su voluntad en silla de ruedas (más aún) y acepte comer en algún sitio que termina en ´s...
ResponderBorraraunque bien mirado para el día mas cursi del año , o sea HOY, yo podría dejar mi voluntad parapléjica por un ratito....
Harry´s, Chilie´s, Oh no... ¡Sanborn´S!