¿Cómo resistirse a la lectura de una nota con una cabeza así, que además tiene como subtítulo Body art is creating conflict in the workplace? Yo no pude, y me encontré con información muy interesante.
La foto fue tomada de Flickr
En el número de hoy de Workforce Management, Gary Krantz reporta que, de acuerdo con una investigación de la Texas State University, el uso de piercing en los labios, la lengua y otras áreas visibles del cuerpo puede exponer a quienes lo llevan a sufrir las consecuencias de los prejuicios de otras personas.
Los investigadores encontraron que la mayor parte de la gente prefiere NO trabajar con alguien que tenga body art a la vista en situaciones que requieren contacto personal con clientes, aún si quienes lo ostentan están calificados para realizar el trabajo.
Un dato muy interesante es que, entre los encuestados, incluso quienes llevan este tipo de adornos se mostraron críticos hacia otras personas que también los usan. Hasta ellos encuentran esta práctica de mal gusto ("a little unsavory") si se trata de compañeros de trabajo.
El asunto no es sólo de gusto personal, sino que también se percibe conectado con la cartera. Los encuestados se mostraron en contra de "compartir comisiones de ventas" (el escenario planteado en la investigación era el de una compañía de venta de seguros a empresas) con personas que usan body art por temor a que eso afecte su propio desempeño en el trabajo, aunque no explicaron con claridad cómo es que esto podría suceder.
En la nota no se habla de tatuajes, pero me parece que tienen el mismo efecto: provocan rechazo o por lo menos prevención.
Tengo la impresión de que en el medio mexicano de trabajo, al menos en las empresas grandes, el piercing y los tatuajes colocan a quienes los exhiben en una posición muy desfavorable en la competencia por puestos de responsabilidad. Habría que ver cuál es su efecto en ambientes más permisivos, como los de la publicidad y el entretenimiento, pero no me sorprendería que ocurriera algo similar.
También, habría que averiguar qué connotaciones se asignan a esos adornos, aunque me parece factible plantear como hipótesis que tienden a asociarse a nociones como clase baja, escasa educación, pandillas, drogas, etc.
Puede ser costoso en términos de competitividad tatuarse o perforarse. A quien me preguntara yo aconsejaría NO hacerlo (sobre todo el tatuaje, porque el día que pase la moda difícilmente podrá quitarse), y si ya lo hizo mi recomedación sería quitarse los adornos y cubrirse los tatuajes al ir a solicitar trabajo.
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