El eslabón más débil: el trabajo . En tiempos en que a las empresas les va muy bien, es raro ver que alguna comparta generosamente la bonanza con sus integrantes -los beneficios van a los bolsillos de los accionistas y a los altos ejecutivos, y muchas compañías hacen malabares para escatimar lo que se pueda, hasta la participación de utilidades que por ley deben entregar a sus trabajadores- y ahora que les va mal, casi todas buscan el modo de repartir los costos entre su plantilla laboral. Paros técnicos, despidos, paros escalonados, descansos sin goce de sueldo y reducciones de salarios son sólo algunos de los caminos para distribuir la escasez. Es curioso que, en lo personal, la gente tenga que ahorrar en previsión de los malos tiempos, pero las empresas no. ¿Por qué no hicieron su "guardadito"? Como que algo no cuadra ¿verdad? Que no nos sorprenda la resistencia de tantos a participar en los programas de austeridad y "ahorro". Recursos verdaderamente humanos . Ci
Espacio para informar, reflexionar, dialogar y, en ocasiones, desvariar en torno a la interminable serie de conversaciones que constituyen la esencia de las organizaciones.