Fraude y corrupción en las empresas mexicanas

En el marco de la presentación de los resultados de la encuesta Fraude y Corrupción en México 2008, que realizó KPMG a petición del Consejo de la Comunicación, se concluyó que durante el 2008 un millón 600 mil empresas registraron algún tipo de fraude en sus operaciones. Un 44 por ciento de los encuestados sobornó a servidores públicos y durante el último año se suspendieron mil 352 funcionarios públicos, se amonestaron 364 empresas y se inhabilitaron mil empresas por casos de corrupción.

Otros resultados:

El 77% de las empresas que operan en México ha tenido cuando menos un fraude en el último año. De estos casos, el 46% fue cometido por personal de las propias empresas.
Los fraudes más comunes cometidos por empleados de las propias empresas ha sido el robo de inventarios y la asociación fraudulenta con proveedores y clientes.
Las empresas defraudadas enfrentaron, como consecuencia del ilícito, problemas como incrementos en costos de operación, pérdida de confianza entre empleados y daños a la imagen de la empresa.
Los principales factores que contribuyeron a que se cometieran los fraudes fueron: fallas en la supervisión del personal, la falta de controles internos y una deficiente infraestructura ética.
En general, el defraudador fue un hombre de entre 25 y 35 años, con una antigüedad en la empresa defraudada de uno a tres años y ocupando una posición de mando medio u operativo.
En promedio, las empresas destinan un 5% de sus ingresos anuales al pago de sobornos.
El 67% de las empresas reconoce que la corrupción tiene un efecto negativo en su competitividad.

La corrupción es el cáncer de la sociedad mexicana, sin duda. Se da de muchas formas, no únicamente a través del intercambio de dinero o bienes. Impregna todas las instancias de la vida social, nos involucra a todos -queramos o no-, y representa un obstáculo para absolutamente todas las propuestas de cambio a todos los niveles.

Es una enfermedad ante la que podremos encontrar paliativos, pero para la que no veo cura en menos de dos generaciones.

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