En 1958, el gerente del periódico Boston Herald estaba revisando unos expedientes viejos y se encontró el antiguo reglamento para los empleados expedido en 1872:
- Todos los días los empleados de la oficina limpiarán las chimeneas, pondrán aceite a las lámparas y recortarán los pabilos. Lavarán los vidrios de las ventanas una vez a la semana.
- Cada uno de los empleados traerá un balde con agua y una cubeta de carbón para la jornada laboral.
- Preparen sus plumillas con todo cuidado. Pueden sacarle punta a su gusto personal.
- Los empleados del sexo masculino tendrán libre una tarde a la semana para cortejar a su novia, y dos tardes a la semana si asisten a la iglesia con regularidad.
- Después de 13 horas de trabajo en la oficina deben ocupar las otras horas en la lectura de la Biblia y otros buenos libros.
- Los empleados deben ahorrar una buena parte de su salario para que cuando sean viejos no se conviertan en una carga para la sociedad.
- Se pondrá en tela de juicio la eficiencia, intención, integridad y honradez de cualquier empleado que fume habanos, beba cualquier tipo de licor, frecuente salones de billar o bares y haga que lo rasuren en una peluquería.
- Al empleado que haya laborado con fidelidad y eficiencia durante cinco años se le concederá un aumento de cinco centavos por día, siempre y cuando las ganancias en los negociuos de la compañía así lo pemitan.
Fuente: Peter Hay (1192). El libro de las anécdotas de negocios. México, Editorial Diana.
Comentarios
Publicar un comentario