- ¿Incultura de burócrata? Ayer, nos llegaron tres recibos de esa empresa de clase mundial (al decir de ellos mismos)que es la Comisión Federal de Electricidad. Al revisarlos me encontré una pequeña prueba más de la falta de educación de este pobre pueblo mexicano. El SISERON quiso ser Cicerón, pero por lo que se ve pudo haber sido SINSERÓN (afecto a decir la verdad) o cualquier otra cosa. Lo bueno es que con este nombre de calle el burócrata al menos fue consistente: en los tres recibos es lo mismo. La cosa se complica mucho más en relación con el pobre Tomás Masaryk, que en interpretación libre se torna religioso y semanasantero con el NAZARIT, ñerón con el MASARIT (tssss) y como germanizado en el MASARIG. Lo que es meritorio, hay que reconocerlo, es que SOCRATES viene bien escrito.
- De trajes y corbatas. “Personalmente siento poco aprecio por las corbatas y los trajes. Si los uso es por exigencia profesional, pero no me cuesta nada dejarlos en el closet cada vez que puedo. Me parecen signos de atavismo, formalidades quizá adecuadas para otros tiempos pero cada vez menos sostenibles en éstos. Son caros e imprácticos. Y la verdad es que ya ni siquiera resultan símbolos de status. Con gusto tendría un traje oscuro de buena calidad (jamás un esmoquin) para las bodas y otros eventos muy importantes, pero para el trabajo cotidiano me sentiría mejor con ropa ligera y fresca de algodón, o de lana cuando el clima lo exija, y sin una soga al cuello.” Publiqué esto hace cuatro años en un blog que antecedió a este (clic aquí para verlo); hoy lo retomo porque sigo pensando exactamente igual. ¡Mueran las corbatas!
- De altas miras. Hay personas que no se andan con medias tintas, como el conductor de este vehículo, cuya estructura de admiraciones apunta muy alto. Curiosa declaración, y curioso objeto la calcomanía, con una silueta de México y los colores de la bandera como fondo.
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