- Hacer BlackBerrying + conducir = GRAVE peligro. Me enteré por el número de ayer de The Daily Stats (Harvard Business Publishing) que 14% de los conductores de Estados Unidos admiten haber leído o enviado un mensaje de texto mientras manejaban, en tanto que 29% dijeron que con frecuencia ven a otras personas en pleno "texting" mientras van al volante. En la ciudad de México es algo muy común. El caso es que, de acuerdo con una investigación realizada en el Reino Unido y publicada el 18 de septiembre, escribir/leer mensajes de texto mientras se está al mando de un automovil en más peligroso que manejar bajo los efectos del alcohol o la mariguana. El tiempo de reacción de los conductores en un simulador se redujo 35% al escribír o leer textos, mientras que la influencia de la "mota" provocó una disminución de 21% y la del alcohol -dentro de los límites legales- causó una baja de 12%.
- Tequesquitengo. Ayer pasé el día trabajando en un hotel de esa población del estado de Morelos a la que no iba hace como 30 años, y aunque estuve recluido en un salon pude darme una idea general de la localidad, sobre todo del área adyacente al lago. Es impresionante cómo se detuvo el tiempo en esa zona. La imagen de la decandencia. Lo que no mejora empeora. Es increible que contemos con un sitio como ese, tan agradable, de tan buen clima, tan bien comunicado con la ciudad de México, y que no se le haya sacado provecho, que nadie haya impulsado el desarrollo de su potencial. De paso: el servicio a grupos en el hotel Villa Bejar es de clase mundial, de lo mejor que he visto en mucho tiempo; las instalaciones son añejas pero bien cuidadas e impecablemente limpias y la comida está bien; no conocí las habitaciones.
- Inteligencia práctica. ¿Qué le dijo un jardinero a otro? "Disfrutemos mientras podamos".
- De Antonio Fraguas, Forges, humorista gráfico de El País, entrevistado por el Diario de León: "La realidad está formada por las olas, marejadas y tempestades en el mar de la estupidez humana, que es donde mejor navega el ligero barco del humor".
Hace 2,000 años Séneca, el filósofo romano, explicaba la honestidad a uno de sus discípulos en los siguientes términos: "Éste debe ser nuestro principal empeño: decir lo que sentimos y sentir lo que decimos; que nuestro lenguaje concuerde con nuestra vida. Ha cumplido con su cometido aquel que sigue siendo el mismo cuando lo ves y cuando lo escuchas. Veremos qué cualidades y qué capacidades tiene: pero que sea uno y el mismo. Nuestras palabras no tienen que agradar: tienen que ser de provecho". Casi 20 siglos después estas ideas no sólo siguen siendo vigentes, sino que seguramente resultarán bastante más significativas para muchos, por la grave crisis de valores que vivimos en la sociedad . La credibilidad, el crédito que concedemos a lo dicho por otras personas, es un recurso escaso hoy dia no únicamente para individuos, sino para grupos, empresas, medios de comunicación e incluso gobiernos. No se diga políticos y sus partidos. Ya no le creemos a casi nadie. Y no es un asunt...
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