- De Fernando Solana Olivares, en su columna de hoy en Milenio: "Luego uno sabe que la vida es buena. Cuando menos a veces. Y cuando es buena sabe deliciosa."
- Nuevo blog de comunicación. Ya arrancó el nuevo blog de la Asociación Mexicana de Comunicadores (AMCO). Se encuentra en http://www.amco-mx.blogspot.com/ Vale la pena visitarlo con frecuencia, por lo que te recomiendo agregarlo a la lista de favoritos. Felicidades al Consejo Directivo 2008-2009 por este logro, y particularmente a su presidente Rubén darío Gómez (con fuerte abrazo y beso para Gaby Anaya).
- Cuando habla el burro de orejas. En una visita reciente a la Ciudad de México -adonde viajó para reunirse con miembros del Partido Acción Nacional-, el inefable expresidente de la república Vicente Fox aseguró que en la política “hay mucha hipocresía y traición”; por ello comentó que una de las tareas vitales es descubrir el liderazgo ético, de valores y de fuerza moral. Ahí queda. Menos mal que no sugirió a la clase política pedir ayuda a Intermanagers.
- ¿Pena de muerte para violadores, asesinos y secuestradores? ¡Ni madres! ¿Por qué premiarlos con la salida fácil? En tanto no se demuestre la existencia del infierno, algo muuuuy difícil de lograr, la muerte es un castigo de discutible intensidad. Debe ser mucho peor vivir en una cárcel mexicana el resto de la vida que morir, sobre todo si se trata de un penal de alta seguridad. Lo que pido para esas bestias es la cadena perpetua, pero viviendo en reclusión sin privilegios (el omnipresente fantasma de la corrupción siempre hace dudar), lejos de sus familias, con la obligación de trabajar para pagar los gastos que de otro modo ocasionarían a la sociedad, sin teléfono, internet u otros medios de comunicación y con acceso restringidísimo a la prensa, radio o televisión. Que no haya modo de que la vida les sepa buena, que la sientan como aguarrás gota a gota (y ojalá que sean longevos). En aislamiento, en soledad, hasta que se pudran.
Hace 2,000 años Séneca, el filósofo romano, explicaba la honestidad a uno de sus discípulos en los siguientes términos: "Éste debe ser nuestro principal empeño: decir lo que sentimos y sentir lo que decimos; que nuestro lenguaje concuerde con nuestra vida. Ha cumplido con su cometido aquel que sigue siendo el mismo cuando lo ves y cuando lo escuchas. Veremos qué cualidades y qué capacidades tiene: pero que sea uno y el mismo. Nuestras palabras no tienen que agradar: tienen que ser de provecho". Casi 20 siglos después estas ideas no sólo siguen siendo vigentes, sino que seguramente resultarán bastante más significativas para muchos, por la grave crisis de valores que vivimos en la sociedad . La credibilidad, el crédito que concedemos a lo dicho por otras personas, es un recurso escaso hoy dia no únicamente para individuos, sino para grupos, empresas, medios de comunicación e incluso gobiernos. No se diga políticos y sus partidos. Ya no le creemos a casi nadie. Y no es un asunt...
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