En cuanto a lo que más hace reír en la chamba, en los países que abarcó la investigación a los empleados les gustan los juegos de palabras; en Italia es donde se dan más ocurrencias sobre sexo y religión, y se usan más groserías y gestos físicos. Al contrario, en Alemania, Reino Unido y sobre todo en Estados Unidos, el sexo y la religión parecen considerados como temas tabú por los empleados, que ironizan mucho sobre ellos mismos y bromean sobre las diferencias de jerarquía en el trabajo.
Las oficinas más tristes parecen ser las de Japón, donde el personal evita situaciones que suscitan hilaridad y sólo se divierte con los juegos de palabras.
No conozco información equivalente respecto a México pero estoy seguro de que, de entrada, aceptaríamos que el humor está siempre presente en el trabajo, del mismo modo que lo está en los demás ámbitos de la vida de las personas. Todo el tiempo jugamos con las palabras y el doble sentido, con énfasis en el tema del sexo (el albur), ironizamos y hacemos burla de las características de otros (entre otras formas poniendo apodos), además de recurrir con frecuencia a las anécdotas graciosas y a las historias cortas que denominamos "chistes".
También "echamos relajo", esa forma de negación del valor que tan bien ha descrito Jorge Portilla (ver abajo), y al hacerlo frecuentemente reímos.
El humor en nuestro país suele centrarse en situaciones y en el prójimo, pero pocas veces en uno mismo. De hecho, la costumbre de reir a costa de los demás lleva a confundir, frecuentemente, humor con burla. Aunado a esto, tengo la impresión de que a la mayor parte de la gente le cuesta mucho reír de sí misma, por razones que ignoro.
Es sabido que la risa tiene propiedades terapéuticas y que a nivel social el humor funciona como válvula de escape. Asimismo, es un lugar común la idea de que el mexicano se ríe sobre todo de sus desgracias, al grado que puede reirse de la misma muerte. Por eso, los contenidos del humor son claves para identificar los focos de tensión en la organización. Si escuchamos atentamente de qué se rié la gente hoy día en el trabajo en poco tiempo decubriremos lo que le preocupa y tendremos indicios importantes acerca de cómo está enfrentando esas preocupaciones.
Hace unas semanas, me contaron en una empresa que ha vivido sucesivos recortes de personal y ajustes en la estructura, que últimamente cuando alguien debe ausentarse de su oficina le dice a la asistente: "te encargo el teléfono; si llama mi jefe pídele que te deje su nombre y extensión".
No todas las manifestaciones del humor son de igual calidad. Hay un humor más bien neutro, es decir, menos asociado a los miedos de las personas y totalmente separado de la burla, que es el que habría que buscar, cultivar y promover. Un humor más inteligente y sensible, mejor intencionado, que refleja el gozo de estar vivos y la alegría de la convivencia, a pesar de los problemas y preocupaciones. Este es el humor verdaderamente "sanador", que fortalece el espíritu de equipo y con ello incide favorablemente en el engagement, que impulsa la creatividad y se refleja en los rostros.
En la medida en que las cosas se ponen feas, el humor cobra relevancia como salvavidas de la dignidad del ser humano y como medicina de muy bajo precio contra el abatimiento y la depresión.
Y tú, ¿ríes en la oficina o en la planta? ¡Ríe por tu vida!
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"El relajo puede definirse, en resumen, como la suspensión de la seriedad frente a un valor propuesto a un grupo de personas. Esta suspensión es realizada por un sujeto que trata de comprometer a otros con ella, mediante actos reiterados con los que expresa su propio rechazo a la conducta requerida por el valor. Con ello, la conducta regulada por el valor correspondiente es sustituida por una atmósfera de desordan en la que la realización del valor es imposible. Por extensión, se llama también relajo a la situación real provocada por la intencionalidad descrita..."
Jorge Portilla. Fenomenología del relajo.
Me río de la política y de lo que dicen y hacen políticos y adinerados, en la cupula del poder. Si observas como testigo, desde lejitos, las barrabasadas que hacen, son de risa. Es, como el título de los dos volúmenes de José Agustín, "la ragicomedia mexicana".
ResponderBorrar(Marta Alcocer)
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