Hace 2,000 años Séneca, el filósofo romano, explicaba la honestidad a uno de sus discípulos en los siguientes términos:
Casi 20 siglos después estas ideas no sólo siguen siendo vigentes, sino que seguramente resultarán bastante más significativas para muchos, por la grave crisis de valores que vivimos en la sociedad.
La credibilidad, el crédito que concedemos a lo dicho por otras personas, es un recurso escaso hoy dia no únicamente para individuos, sino para grupos, empresas, medios de comunicación e incluso gobiernos. No se diga políticos y sus partidos. Ya no le creemos a casi nadie.
Y no es un asunto menor, porque sin credibilidad es muy difícil lograr el espíritu de equipo, lealtad y compromiso necesarios para llevar a cabo los cambios de fondo que se requieren en México y en el mundo.
Por eso la consistencia, que es manifestación de honestidad, y su fruto más valioso: la credibilidad, son factores cuya presencia es indispensable a la hora de buscar alternativas para garantizarnos un futuro mejor.
De este modo, para las organizaciones es indispensable dar pruebas de la coherencia entre el discurso corporativo, lo que dicen, y lo que hacen, es decir, de su consistencia a nivel de empresa, de equipos y personas.
"Éste debe ser nuestro principal empeño: decir lo que sentimos y sentir lo que decimos; que nuestro lenguaje concuerde con nuestra vida. Ha cumplido con su cometido aquel que sigue siendo el mismo cuando lo ves y cuando lo escuchas. Veremos qué cualidades y qué capacidades tiene: pero que sea uno y el mismo. Nuestras palabras no tienen que agradar: tienen que ser de provecho".
Casi 20 siglos después estas ideas no sólo siguen siendo vigentes, sino que seguramente resultarán bastante más significativas para muchos, por la grave crisis de valores que vivimos en la sociedad.
La credibilidad, el crédito que concedemos a lo dicho por otras personas, es un recurso escaso hoy dia no únicamente para individuos, sino para grupos, empresas, medios de comunicación e incluso gobiernos. No se diga políticos y sus partidos. Ya no le creemos a casi nadie.
Y no es un asunto menor, porque sin credibilidad es muy difícil lograr el espíritu de equipo, lealtad y compromiso necesarios para llevar a cabo los cambios de fondo que se requieren en México y en el mundo.
Por eso la consistencia, que es manifestación de honestidad, y su fruto más valioso: la credibilidad, son factores cuya presencia es indispensable a la hora de buscar alternativas para garantizarnos un futuro mejor.
De este modo, para las organizaciones es indispensable dar pruebas de la coherencia entre el discurso corporativo, lo que dicen, y lo que hacen, es decir, de su consistencia a nivel de empresa, de equipos y personas.
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