Encontré este letrero en el baño de un restaurante de Coyoacán, hace un rato. Me pareció un bonito ejemplo de mensaje chafón, chambón.
Los dos “cualquier” sobran, ¿no? Suprimiéndolos, además. te ahorras las palabras “tipo” y “de”. Quedaría, entonces, “La persona que sea sorprendida consumiendo estupefacientes…”. Más claro y directo, sin tanto rollo.
Pero luego viene un cambio de género: si el sujeto es “la persona”, tendría que ser “remitida”, en femenino. Igual lo dejaron en masculino por tratarse del baño de hombres, digo yo.
Y finalmente, el momento cumbre: se le va a remitir a “las autoridades competentes”. ¡Ahí está el problema de fondo! ¿Dónde van a encontrar autoridades competentes? ¿Piensan mandar a la persona infractora a Dinamarca, o a Alemania? Porque lo que es aquí, en México, los términos “autoridades” y “competentes” no van juntos.
También en Coyoacán encontré estas señales, en la calle de Gómez Farías.
El primer poste, el nuevo, me lleva a pensar en la falsedad de la idea de que en México no hay discriminación.
Pero lo verdaderamente interesante está detrás. El centro de verificación está a la izquierda, pero está prohibido doblar en esa dirección, si nos atenemos a la señal de abajo. Y por si eso fuera poco, el sentido en que la flecha dice que hay que circular es ¡ascendente! Por esta calle se llega al cielo.
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