Estoy tomando un café razonablemente bueno en la sucursal de The Coffee Factory ubicada en Torre Arcos ("El pantalón") de la ciudad de México. Después de esperar demasiado tiempo en la fila, sin nadie delante de mí, para pagar, noto que el tipo que sirve el café da preferencia a dos chicas que pagaron después que yo y me hace esperar de nuevo. Dos pequeños detalles.
La semana pasada los clientes en las mesas tuvimos que esperar no menos de diez minutos a que la mesera terminara de conversar con una amiga en la puerta del establecimiento. En otras ocasiones, he tenido que comprar el café en un tamaño diferente al que deseaba porque "se nos acabaron los vasos de ese tamaño", me han servido el café en un vaso roto o no han tenido cambio a la hora de hacer el pago. Pequeños detalles.
Nada del otro mundo, ¿no es cierto?, sin embargo la recurrencia de los pequeños detalles acaba afectando la experiencia de servicio de un cliente frecuente, como yo, y generando una percepción de empresa chafa, chambona.
¿Y por qué estás allí?, se preguntarán mis agudos lectores. Pues porque no hay otro servicio de café en esta área. Es un tema de monopolio. Pero siempre que puedo, tomo el café en otra parte, y deseo que pronto abran un Starbucks en este desarrollo inmobiliario, para no volver a poner pie en The Coffe Factory. No es que sea particularmente afecto a la cadena del círculo verde, pero al menos sabes a lo que le tiras, sin sopresas.
El café aquí es de calidad y precio equivalentes a los de Starbucks, y el local está bien, pero falla el concepto, falla el tipo de gente que te atiende (y sus supervisores) y falla el servicio. Eso hace que te quedes con la sensación de que todo falla.
NO recomiendo The Coffee Factory. Es mejor el Coffee Bar y mejor que ambos el Starbucks.
La semana pasada los clientes en las mesas tuvimos que esperar no menos de diez minutos a que la mesera terminara de conversar con una amiga en la puerta del establecimiento. En otras ocasiones, he tenido que comprar el café en un tamaño diferente al que deseaba porque "se nos acabaron los vasos de ese tamaño", me han servido el café en un vaso roto o no han tenido cambio a la hora de hacer el pago. Pequeños detalles.
Nada del otro mundo, ¿no es cierto?, sin embargo la recurrencia de los pequeños detalles acaba afectando la experiencia de servicio de un cliente frecuente, como yo, y generando una percepción de empresa chafa, chambona.
¿Y por qué estás allí?, se preguntarán mis agudos lectores. Pues porque no hay otro servicio de café en esta área. Es un tema de monopolio. Pero siempre que puedo, tomo el café en otra parte, y deseo que pronto abran un Starbucks en este desarrollo inmobiliario, para no volver a poner pie en The Coffe Factory. No es que sea particularmente afecto a la cadena del círculo verde, pero al menos sabes a lo que le tiras, sin sopresas.
El café aquí es de calidad y precio equivalentes a los de Starbucks, y el local está bien, pero falla el concepto, falla el tipo de gente que te atiende (y sus supervisores) y falla el servicio. Eso hace que te quedes con la sensación de que todo falla.
NO recomiendo The Coffee Factory. Es mejor el Coffee Bar y mejor que ambos el Starbucks.
Qué importante es el servicio.
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