Asturias: chimeneas y granjas dan paso a las Tecnologías de la Información.
Por Victor Mallet
Traducido por IDEPA
09-junio-2010
El Principado de Asturias, una de las Comunidades Autónomas de menor extensión de España, es uno de los lugares con mayores contrastes en el paisaje de la Península Ibérica.
En un momento se puede estar en una pintoresca villa pesquera que mira al golfo de Vizcaya o bien conduciendo a través de un empinado valle entre lagos montañosos. A continuación, uno se encuentra con una mina de carbón, o una inmensa planta de acero de ArcelorMittal de la que emerge vapor y humo.
Asturias, no obstante, es más que una curiosa mezcla de pastos para el ganado e industria pesada.
Una muestra de cómo la región está transformando su economía la encontramos en un almacén en el exterior de una planta de acero al norte de Gijón, donde secciones de torres de turbinas eólicas relucen frente al herrumbre de la fábrica mientras esperan su transporte y montaje en los numerosos parques eólicos españoles.
Como otras partes del norte industrializado, Asturias, ha reducido de manera constante su dependencia de la industria pesada y la agricultura y ha fomentado la inversión en los sectores más novedosos de las tecnologías de la información y el turismo, así como la promoción de las empresas que aportan valor añadido al acero y carbón, sectores por los que la región es reconocida. Del carbón al ratón es slogan económico de la región.
El punto de partida de esta transformación estuvo lejos de ser el ideal. Bajo las políticas autárquicas de Francisco Franco, el anterior dictador, la industria pesada en el Principado estaba bajo el control del Estado y no era competitiva internacionalmente, como quedó demostrado con la entrada de España en la Unión Europea en 1986.
"Asturias fue el epítome de la crisis en los 80s y los 90s", manifiesta Vicente Alvarez Areces, el presidente regional socialista durante los últimos 11 años. "Todos los sectores entraron en crisis al mismo tiempo, minería, construcción naval, agricultura e industria textil. Existía una gran conflictividad social. En 1999 Asturias contaba con la tasa de desempleo más alta de España.
El cambio en la actualidad es obvio. Con un 16,6 % sobre la población activa, el desempleo es todavía elevado en relación a los estándares europeos, dato derivado en parte por la última recesión, pero es inferior a la media española, que cuenta con más de un 20%.
En la antigua población industrial de Blimea y próximo a la línea de viviendas sociales de ladrillo rojo construídas para los trabajadores de la minería del carbón, se eleva un discordante y moderno edificio de cristal negro y azul donde el Corte Inglés, el gran conglomerado dedicado a la distribución, ha establecido una sede dedicada a su actividad de Tecnologías de la Información.
Allí, los 116 miembros del equipo - con una media de edad inferior a los 30 años- llevan a cabo trabajos de investigación y desarrollo, adaptan software SAP para sus clientes, transforman documentos a formato digital y prestan servicios de alojamiento de datos (hosting).
Otra importante presencia en el ambito de las Tecnologías de la Información es CSC (Computer Sciences Corporation) de los EEUU, cuya implantación se asoció en un principio al grupo DuPont – un gran cliente que estableció una extensa planta en los años 90- pero que ahora presta servicio a clientes en toda Europa desde su centro en Asturias. Entre otras funciones, los 380 empleados controlan de forma remota las redes informática de las plantas de Renault. De nuevo, la media de edad es de sólo 32 años.
Los inversores aprecian el alto nivel relativo de educación en Asturias, así como la adecuada infraestructura de transporte y comunicaciones y especialmente el bajo índice de rotación de personal.
CSC afirma que la tasa de rotación es de aproximadamente un 5%, comparada con el 20% que existe en el sector TIC.
El sector de las Tecnologías de la información y la comunicación comprende alrededor de 5.000 puestos de trabajo (más que los existentes en la minería del carbón), mientras que el número de trabajadores de la industria del acero se ha reducido a menos de un tercio de los 30.000 que alcanzó en los años 90.
Pero los cambios en la economía no se han producido sólo en el sector servicios. "La industria pesada no ha desaparecido" afirma Graciano Torre González, Consejero de Industria de la región. "ArcelorMittal sigue siendo tremendamente importante".
La clave es desarrollar negocios que puedan utilizar el acero de una forma productiva. Belarmino Feito, fundador de Asturfeito, inició su negocio hace 21 años, en un pequeño taller de 40 m2. Hoy en día emplea a 150 trabajadores en una fábrica de 33.000 m2, centrado en el diseño y la fabricación de sistemas destinados a plantas de energía solar y otras fuentes de energía renovable, incluyendo la energía undimotriz.
En la actualidad está construyendo – bajo los extremadamente rigurosas exigencias de los observadores astronómicos- las bases rotatorias y elevadores para un sistema de radio telescopio gigante que será instalado en Chile, el Atacama Large Millimeter Array o ALMA.
En los viejos tiempos de la industria estatalizada, indica el Sr. Feito, "no existía especialización y las empresas no competían en el exterior. Sus clientes pertenecía a la misma zona. Pero hubo una gran reconversión industrial en los 80 y los 90".
El Sr. Torre coincide. "Se trata de una economía totalmente diferente", señala.
La crisis global y la recesión española que se han prolongado durante 7 trimestres consecutivos, han tenido un gran efecto aquí, como en el resto del país, ocasionando la pérdida de empleo y la reducción de pedidos y exportaciones.
La austeridad presupuestaria significa, además, que los medios de los gobiernos centrales y regionales serán inevitablemente menos generosos que antes con las fondos para la promoción de las inversiones que han ayudado a modernizar la economia asturiana durante la pasada década.
Aún así, ejecutivos de las empresas privadas y autoridades regionales aprecian signos esperanzadores, como el aumento en los índices de produción, que sugieren que quizás para la economía real lo peor haya pasado, especialmente para aquellos sectores centrados en los mercados internacionales.
"Estamos en un mundo globalizado" declara el Sr. Alvarez, presidente asturiano, al salir precisamente de una reunión con sus consejeros marcada por la ejecución de los planes de austeridad del gobierno central a nivel regional. "Nuestras empresas tienen que estar en China, México y donde quiera que haya negocio hoy en día".
Artículo publicado en el Financial Times
http://media.ft.com/cms/cb0de310-72c6-11df-9161-00144feabdc0.pdf
Por Victor Mallet
Traducido por IDEPA
09-junio-2010
El Principado de Asturias, una de las Comunidades Autónomas de menor extensión de España, es uno de los lugares con mayores contrastes en el paisaje de la Península Ibérica.
En un momento se puede estar en una pintoresca villa pesquera que mira al golfo de Vizcaya o bien conduciendo a través de un empinado valle entre lagos montañosos. A continuación, uno se encuentra con una mina de carbón, o una inmensa planta de acero de ArcelorMittal de la que emerge vapor y humo.
Asturias, no obstante, es más que una curiosa mezcla de pastos para el ganado e industria pesada.
Una muestra de cómo la región está transformando su economía la encontramos en un almacén en el exterior de una planta de acero al norte de Gijón, donde secciones de torres de turbinas eólicas relucen frente al herrumbre de la fábrica mientras esperan su transporte y montaje en los numerosos parques eólicos españoles.
Como otras partes del norte industrializado, Asturias, ha reducido de manera constante su dependencia de la industria pesada y la agricultura y ha fomentado la inversión en los sectores más novedosos de las tecnologías de la información y el turismo, así como la promoción de las empresas que aportan valor añadido al acero y carbón, sectores por los que la región es reconocida. Del carbón al ratón es slogan económico de la región.
El punto de partida de esta transformación estuvo lejos de ser el ideal. Bajo las políticas autárquicas de Francisco Franco, el anterior dictador, la industria pesada en el Principado estaba bajo el control del Estado y no era competitiva internacionalmente, como quedó demostrado con la entrada de España en la Unión Europea en 1986.
"Asturias fue el epítome de la crisis en los 80s y los 90s", manifiesta Vicente Alvarez Areces, el presidente regional socialista durante los últimos 11 años. "Todos los sectores entraron en crisis al mismo tiempo, minería, construcción naval, agricultura e industria textil. Existía una gran conflictividad social. En 1999 Asturias contaba con la tasa de desempleo más alta de España.
El cambio en la actualidad es obvio. Con un 16,6 % sobre la población activa, el desempleo es todavía elevado en relación a los estándares europeos, dato derivado en parte por la última recesión, pero es inferior a la media española, que cuenta con más de un 20%.
En la antigua población industrial de Blimea y próximo a la línea de viviendas sociales de ladrillo rojo construídas para los trabajadores de la minería del carbón, se eleva un discordante y moderno edificio de cristal negro y azul donde el Corte Inglés, el gran conglomerado dedicado a la distribución, ha establecido una sede dedicada a su actividad de Tecnologías de la Información.
Allí, los 116 miembros del equipo - con una media de edad inferior a los 30 años- llevan a cabo trabajos de investigación y desarrollo, adaptan software SAP para sus clientes, transforman documentos a formato digital y prestan servicios de alojamiento de datos (hosting).
Otra importante presencia en el ambito de las Tecnologías de la Información es CSC (Computer Sciences Corporation) de los EEUU, cuya implantación se asoció en un principio al grupo DuPont – un gran cliente que estableció una extensa planta en los años 90- pero que ahora presta servicio a clientes en toda Europa desde su centro en Asturias. Entre otras funciones, los 380 empleados controlan de forma remota las redes informática de las plantas de Renault. De nuevo, la media de edad es de sólo 32 años.
Los inversores aprecian el alto nivel relativo de educación en Asturias, así como la adecuada infraestructura de transporte y comunicaciones y especialmente el bajo índice de rotación de personal.
CSC afirma que la tasa de rotación es de aproximadamente un 5%, comparada con el 20% que existe en el sector TIC.
El sector de las Tecnologías de la información y la comunicación comprende alrededor de 5.000 puestos de trabajo (más que los existentes en la minería del carbón), mientras que el número de trabajadores de la industria del acero se ha reducido a menos de un tercio de los 30.000 que alcanzó en los años 90.
Pero los cambios en la economía no se han producido sólo en el sector servicios. "La industria pesada no ha desaparecido" afirma Graciano Torre González, Consejero de Industria de la región. "ArcelorMittal sigue siendo tremendamente importante".
La clave es desarrollar negocios que puedan utilizar el acero de una forma productiva. Belarmino Feito, fundador de Asturfeito, inició su negocio hace 21 años, en un pequeño taller de 40 m2. Hoy en día emplea a 150 trabajadores en una fábrica de 33.000 m2, centrado en el diseño y la fabricación de sistemas destinados a plantas de energía solar y otras fuentes de energía renovable, incluyendo la energía undimotriz.
En la actualidad está construyendo – bajo los extremadamente rigurosas exigencias de los observadores astronómicos- las bases rotatorias y elevadores para un sistema de radio telescopio gigante que será instalado en Chile, el Atacama Large Millimeter Array o ALMA.
En los viejos tiempos de la industria estatalizada, indica el Sr. Feito, "no existía especialización y las empresas no competían en el exterior. Sus clientes pertenecía a la misma zona. Pero hubo una gran reconversión industrial en los 80 y los 90".
El Sr. Torre coincide. "Se trata de una economía totalmente diferente", señala.
La crisis global y la recesión española que se han prolongado durante 7 trimestres consecutivos, han tenido un gran efecto aquí, como en el resto del país, ocasionando la pérdida de empleo y la reducción de pedidos y exportaciones.
La austeridad presupuestaria significa, además, que los medios de los gobiernos centrales y regionales serán inevitablemente menos generosos que antes con las fondos para la promoción de las inversiones que han ayudado a modernizar la economia asturiana durante la pasada década.
Aún así, ejecutivos de las empresas privadas y autoridades regionales aprecian signos esperanzadores, como el aumento en los índices de produción, que sugieren que quizás para la economía real lo peor haya pasado, especialmente para aquellos sectores centrados en los mercados internacionales.
"Estamos en un mundo globalizado" declara el Sr. Alvarez, presidente asturiano, al salir precisamente de una reunión con sus consejeros marcada por la ejecución de los planes de austeridad del gobierno central a nivel regional. "Nuestras empresas tienen que estar en China, México y donde quiera que haya negocio hoy en día".
Artículo publicado en el Financial Times
http://media.ft.com/cms/cb0de310-72c6-11df-9161-00144feabdc0.pdf
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