World Cup fever (Wurld kup fe.var]
n.
1. Highly contagious illness.
2. Strikes every four years, leaving rows of empty desks in the workplace.
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¿Deben permitir las empresas que sus colaboradores dediquen horas de trabajo a seguir los partidos de la Copa del Mundo Sudáfrica 2010?
En la empresas e instituciones con las que tengo contacto, sin excepción, todo está listo para "ver el Mundial": pantallas con sus conexiones a sistemas de cable, bocinas, refrigerios, calendarios, sillería, etc., en salas de juntas, comedores y hasta bodegas, con cargo a los presupuestos corporativos.
Tengo la impresión de que en esas organizaciones ni siquiera se ha cuestionado con un mínimo de detenimiento la pertinencia de hacerlo. Hay que ver los juegos, sobre todo los de la selección nacional de México, el "Tri".
Estamos ente un caso más en que la cultura se come a la racionalidad administrativa, lo que no me parece bien ni mal en sí -yo mismo tengo la intención de ver todos los partidos que me interesan (entre los cuales no se encuentra, por ejemplo, el Costa de Marfil-Corea del norte)- pero me deja pensando de qué calibre será el impacto de la 2010 FIFA World Cup en la productividad no sólo de las empresas sino de la sociedad en su conjunto.
El próximo viernes, a las 9:00 de la mañana, este país se paralizará hipnotizado ante el más maravilloso de los fenómenos de masas de nuestros tiempos, ante el gran ritual de la humanidad post-tocho-morocho. No quisiera entrar al quirófano en esos momentos... Lo mismo se vivirá en cada rincón del planeta, en muchas ocasiones, a lo largo de cuatro semanas.
Las empresas, no están obligadas a asumir costos derivados de la afición de sus integrantes, ni los organismos del gobierno, pero quienes pretendan evitar que se vea el futbol en sus instalaciones correrán el riesgo de desmotivar a su personal y de enfrentar un gran ausentismo.
¿Qué dicen los expertos?
En este contexto, los chicos del Melcrum´s Source for Communicators proponen a los comunicadores corporativos buscarle al torneo la faceta de incentivo para la gente en las empresas o verlo como una oportunidad de afianzar el engagement. Dicen, con razón, que "This is a golden window to give something back to staff who’ve spent the last year dealing with recession, pay freezes and cutbacks".
Pues si. Y para pasar de las palabras a los hechos, ofrecen cinco tips para permitir que la gente vea los partidos sin afectar la productividad y promoviendo el engagement:
Algunas ideas adicionales.
En lo personal, me parecen medidas positivas las orientadas a facilitar el disfrute del Mundial en el trabajo. Es mejor propiciarlo bajo las reglas de la organización que fomentar el ausentismo o el "clandestinaje" vía internet, televisiones personales o cualquier otro medio; es preferible asumir que la mente de las personas va a estar 90 minutos evadida de la realidad, en el estadio, que perder jornadas enteras de labor; es mejor dar a los empleados la posibilidad de ver los juegos en su lugar de trabajo sin tener pagar los costos de restaurantes o bares.
Eso sí, creo que las reglas deben ser muy claras y conocidas por todos: qué partidos se verán, dónde y bajo qué condiciones (incluido lo que no se permite, como las apuestas o el consumo de alcohol).
Por todo lados oigo a gente entusiasta en las empresas que dice que ver los juegos fomentará la integración y el sentido de pertenencia, mejorará la imagen de la empresa ante su gente e incidirá positivamente en el clima laboral. No lo sé, pero tampoco lo creo. En todo caso, no lo plantearía como objetivos ante la dirección, porque no creo que fuera fácil demostrar haberlo logrado. Lo más probable es que después de los partidos todo vuelva a ser como era antes de que se jugaran.
¿Y si nuestro equipo pierde, nos ganaría la depresión y eso dañaría el entusiasmo y la productividad en las empresas? No lo creo, salvo en los casos de los cuatro enardecidos que nunca faltan, pero son absoluta minoría. Tampoco la victoria del "representativo nacional" le daría al país el impulso que le hace falta para salir adelante. Es sólo futbol.
Además, en caso de derrota siempre hay un segundo favorito, y hasta un tercero. Yo, por ejemplo, estoy con la roja.
n.
1. Highly contagious illness.
2. Strikes every four years, leaving rows of empty desks in the workplace.
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¿Deben permitir las empresas que sus colaboradores dediquen horas de trabajo a seguir los partidos de la Copa del Mundo Sudáfrica 2010?
En la empresas e instituciones con las que tengo contacto, sin excepción, todo está listo para "ver el Mundial": pantallas con sus conexiones a sistemas de cable, bocinas, refrigerios, calendarios, sillería, etc., en salas de juntas, comedores y hasta bodegas, con cargo a los presupuestos corporativos.
Tengo la impresión de que en esas organizaciones ni siquiera se ha cuestionado con un mínimo de detenimiento la pertinencia de hacerlo. Hay que ver los juegos, sobre todo los de la selección nacional de México, el "Tri".
Estamos ente un caso más en que la cultura se come a la racionalidad administrativa, lo que no me parece bien ni mal en sí -yo mismo tengo la intención de ver todos los partidos que me interesan (entre los cuales no se encuentra, por ejemplo, el Costa de Marfil-Corea del norte)- pero me deja pensando de qué calibre será el impacto de la 2010 FIFA World Cup en la productividad no sólo de las empresas sino de la sociedad en su conjunto.
El próximo viernes, a las 9:00 de la mañana, este país se paralizará hipnotizado ante el más maravilloso de los fenómenos de masas de nuestros tiempos, ante el gran ritual de la humanidad post-tocho-morocho. No quisiera entrar al quirófano en esos momentos... Lo mismo se vivirá en cada rincón del planeta, en muchas ocasiones, a lo largo de cuatro semanas.
Las empresas, no están obligadas a asumir costos derivados de la afición de sus integrantes, ni los organismos del gobierno, pero quienes pretendan evitar que se vea el futbol en sus instalaciones correrán el riesgo de desmotivar a su personal y de enfrentar un gran ausentismo.
¿Qué dicen los expertos?
En este contexto, los chicos del Melcrum´s Source for Communicators proponen a los comunicadores corporativos buscarle al torneo la faceta de incentivo para la gente en las empresas o verlo como una oportunidad de afianzar el engagement. Dicen, con razón, que "This is a golden window to give something back to staff who’ve spent the last year dealing with recession, pay freezes and cutbacks".
Pues si. Y para pasar de las palabras a los hechos, ofrecen cinco tips para permitir que la gente vea los partidos sin afectar la productividad y promoviendo el engagement:
- Horarios flexibles o intercambios de tiempos (catafixias), de modo que se cubran las horas de trabajo. O en su caso, sugeriría yo, asegurando que los resultados esperados se alcancen, independientemente de lo que diga el reloj checador.
- Colocar pantallas y televisores en los lugares de trabajo. Esto, dicen los autores, además de prevenir al ausentismo ayudará a fortalecer el espíritu de equipo entre colaboradores y mejorará el multimencionado engagement. Yo tengo mis dudas respecto a lo del equipo y lo del engagement; mejor no pasarnos de optimistas.
- Radio o internet, como alternativas para que la gente pueda seguir los partidos mientras trabaja.
- Involucrar a la gente por medio de actividades como la participación en una quiniela y de cosas como portar la camiseta del equipo nacional -o el favorito- cuando haya juegos.
- Permiso sin goce de sueldo. Asumiendo que no se verá afectada la operación de la empresa, habrá quien prefiera de plano quedarse en su casa, o irse de juerga, o lo que sea pero lejos de la oficina o la planta; en esos casos, puede abrirse esta opción.
Algunas ideas adicionales.
En lo personal, me parecen medidas positivas las orientadas a facilitar el disfrute del Mundial en el trabajo. Es mejor propiciarlo bajo las reglas de la organización que fomentar el ausentismo o el "clandestinaje" vía internet, televisiones personales o cualquier otro medio; es preferible asumir que la mente de las personas va a estar 90 minutos evadida de la realidad, en el estadio, que perder jornadas enteras de labor; es mejor dar a los empleados la posibilidad de ver los juegos en su lugar de trabajo sin tener pagar los costos de restaurantes o bares.
Eso sí, creo que las reglas deben ser muy claras y conocidas por todos: qué partidos se verán, dónde y bajo qué condiciones (incluido lo que no se permite, como las apuestas o el consumo de alcohol).
Por todo lados oigo a gente entusiasta en las empresas que dice que ver los juegos fomentará la integración y el sentido de pertenencia, mejorará la imagen de la empresa ante su gente e incidirá positivamente en el clima laboral. No lo sé, pero tampoco lo creo. En todo caso, no lo plantearía como objetivos ante la dirección, porque no creo que fuera fácil demostrar haberlo logrado. Lo más probable es que después de los partidos todo vuelva a ser como era antes de que se jugaran.
¿Y si nuestro equipo pierde, nos ganaría la depresión y eso dañaría el entusiasmo y la productividad en las empresas? No lo creo, salvo en los casos de los cuatro enardecidos que nunca faltan, pero son absoluta minoría. Tampoco la victoria del "representativo nacional" le daría al país el impulso que le hace falta para salir adelante. Es sólo futbol.
Además, en caso de derrota siempre hay un segundo favorito, y hasta un tercero. Yo, por ejemplo, estoy con la roja.
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