De entrada, me parece recomendable elaborar un plan de continuidad para el negocio que asegure que las funciones vitales de la organización puedan llevarse a cabo desde las casas de los responsables de cada una de ellas (en el nivel de decisión) y realizarse por personal alternativo, que puede ser incluso de alguna agencia de trabajo temporal (en el nivel de la operación). Las dos primeras áreas a atender con sus respectivos planes de continuidad deben ser la dirección general y comunicación.
Y, claro, mientras este tipo de cosas se realizan, es absolutamente indispensable mantener, en la mente de las personas, la prevención como lo fundamental ante la epidemia.
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