- No soy Grinch. Vamos a ver, esta temporada navideña me gusta por la siguientes razones: a) hay mucha fiesta; b) hay asueto; c) hay regalos; d) hay vida familiar e interacción con amigos; y e) hay abrazos (como 95% me gustan). Me encantaría poder incluir al aguinaldo en esta lista, pero en mi situación laboral eso no existe. Prosigamos. No me gustan: a) la mercantilización y el consumo; b) el afecto fake; c) el aumento de peso (y eventualmente las crudas); d) el gasto excesivo; y e) los villancicos (excepto los auténticos, de pueblo, de la tradición española). Me son absolutamente indiferentes: a) el sentido religioso de la Navidad; b) el “espíritu navideño” (lo que sea que signifique); c) los adornos, arbolitos, esferas, tarjetas de Navidad y demás parafernalia, incluidos los cuernos de reno para los coches; d) los propósitos de Año Nuevo. Respeto a quienes les gusta lo que a mi no, y a quienes les importa lo que a mi me es indiferente. Cada uno es cada uno. Nada me molesta realmente de las tradiciones de estas fechas, como no sea el ruido de los cuetes, el tráfico insoportable y la contaminación. En realidad, no soy Grinch (pero a veces me divierte hacerme pasar por tal personaje).
- Espejito, espejito… Cuando insultas impulsivamente a alguien ¿qué le dices? ¿qué palabras son las primeras que salen de tu boca? Piénsalo un momento; dicen los expertos que en los insultos recurrentes encontrarás señales claras de lo que menos te gusta de ti mismo. Del mismo modo, lo que sueles identificar como defectos o características molestas en otras personas suelen ser rasgos tuyos que en el fondo de tu corazón (a veces no tan en el fondo) te molestan. Por eso el tema de lo homofobia es tan espinoso. Y por eso, también, quien me etiqueta como “gruñón” e “intolerante” (y se toma la libertad de “darme retroalimentación”) es, justamente, alguien que se distingue por su escasa flexibilidad y poca apertura. Ya se sabe: un dedo señala a los demás, los otros cuatro te señalan a ti.
- Lo que detestas. O sea que lo que más aborreces en otras personas da indicios inequívocos de lo que más aborreces en ti.
- Finalmente… Amamos u odiamos a alguien no tanto por lo que es sino por lo que somos nosotros al interactuar con él/ella.
- ¿Capital de Véljica? Un letrero que lleva años, en la confluencia de esta calle con Río Churubusco, en pleno Coyoacán.
- Legisladores mal posicionados; por algo será. De acuerdo con información publicada hoy por El Semanario, tres de cada cuatro personas en México creen que los legisladores no lograron ningún avance significativo durante el año que está por terminar. ¿Tan poquitos? La publicación realizó un sondeo en el que 75.4% de 850 participantes eligió la respuesta “ninguno” a la pregunta expresa: ¿Cuál considera usted que es el avance más significativo que tuvieron los legisladores en el año? "”De este modo, la mayoría de la gente desaprobó la labor legislativa del Congreso de la Unión en el 2010, tanto de la Cámara de Diputados como del Senado de la República”, se dice en el medio de referencia. Curioso resultado, porque sabemos que los legisladores SI lograron un avance muy significativo: ¡en sus ingresos!
- Ayuden a Calderón. ¿Cómo puede ser tan mal comunicador el Presidente de México? No pierde una oportunidad para meter la pata. ¿Quién lo asesora?
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