Hace un rato comenté, en mi cuenta de facebook, que no sé si estoy equivocado o me perdí de algo, porque no alcanzo a ver la aportación real, la verdadera importancia, del video Niños incómodos exigen a candidatos que la organización Nuestro México del Futuro ha colgado de YouTube y que presento abajo.
Se trata evidentemente de una pieza muy bien hecha a cuya producción deben haberse destinado cantidades importantes de dinero, demasiado efectista (solo faltaron niños decapitados), que vuelve a decir lo que todos los días oímos y vemos hasta la saciedad. No encuentro un planteamiento original o alguna propuesta más o menos digna de atención, es solo denuncia, pero de hechos que conocemos de sobra. Pienso que difícilmente entre el público de las redes sociales se encontrará alguien a quien el programa diga algo nuevo.
Cabe mencionar que, de cualquier forma, a tres días de haber aparecido en YouTube, solamente en el canal de Nuestro México del Futuro el video lleva cerca de dos millones de reproducciones. Todo un éxito.
Sin embargo, desde mi punto de vista es muchísimo más triste, ilustrativo e impactante lo que sufren cotidianamente niños reales familiares de víctimas, o víctimas ellos mismos, de la guerra que vivimos en México, o simplemente habitantes de las zonas de conflicto, que lo que se presenta en este video. Un solo testimonio de uno solo de esos niños debería mover más a los candidatos y al público que Los niños incómodos, y sería mucho más barato.
Me deja insatisfecho que en el video no se dé un solo indicio de las causas de la problemática que describe. Por otra parte, la realidad que se expone en el filme deja de lado algunos protagonistas clave de la crisis, como los empresarios venales y explotadores, los medios de comunicación corruptos, las iglesias y la parte oscura del clero, y los líderes sindicales deshonestos, por mencionar solo unos cuantos ejemplos. A fin de cuentas queda como una visión puramente anecdótica y bastante parcial.
No deja de fascinarme cómo la puesta en pantalla de la realidad hoy día provoca más interés que la realidad misma. Sociedad de voyeurs. Cuántas personas habrá que queden con la certeza de que haber colaborado en la difusión del video a través de sus cuentas en redes sociales es haber hecho una acción política.
De paso: el “debate” sobre si este video debe retirarse del aire me parece irrelevante, y la acusación que se hizo en la Cámara de Diputados sobre las supuestas violaciones a los derechos humanos de los niños actores por ponerles armas en las manos, hacer fumar a uno y en general presentarlos en circunstancias tan desagradables me parece ridículo.
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