Hace dos añitos, en este mismo espacio publicamos una serie de recomendaciones para evitar errores en las fiestas de fin de año que podrían ocasionar a quienes los cometieran una cruda de dimensiones catastróficas.
Fiesta de Fin de Año en la Empresa
Veinticuatro meses después, la situación de la gente en las empresas es mucho más compleja que lo que era entonces; entre otras cosas, los factores que atentan contra la seguridad en el trabajo se han multiplicado. Hoy hay que tener todavía más cuidado que en 2007, so pena de afectar la reputación, perder el respeto de los demás y hasta la chamba.
Por eso, y porque se trata de una de las entradas más gustadas del blog, hoy presentamos un remake de esa lista de recomendaciones, que sugerimos leer con detenimiento y aplicar en estos días de juerga en que el peligro acecha detrás de cada vaso.
Fiesta de Fin de Año en la Empresa
Código de supervivencia
- Bebe la mitad de lo que crees que puedes asimilar sin riesgos, o menos. Hay otros momentos para "chupar" a gusto. Este es un evento de trabajo, y el alcohol es uno de los enemigos más peligrosos del trabajo.
- Si empiezas a ver particularmente guapa(o) a algún(a) compañera(o), deja de beber y trata de cambiarte de mesa. ¡Aléjate! No bailes con ella (o él) y mucho menos la(o) invites a nada después de la fiesta. (Sobra decir que si la persona que te gusta es de tu mismo sexo, la situación puede complicarse algo más).
- En consistencia con lo anterior, no aceptes invitaciones que no sean en grupo (a veces hasta esas son riesgosas) y procura esquivar a personas que veas repentina y particularmente interesadas en tí (sobre todo si la diferencia de edades es muy marcada y/o se trata de alguien de tu mismo sexo y no compartes esa orientación).
- No busques la cercanía con los jefes, porque lucirás como un oportunista. Tampoco la evites. Sólo "ponte a tiro" y espera con elegancia el momento adecuado. Recuerda que las mesas de los jefes suelen ser las menos divertidas.
- No le digas sus "netas" a nadie. Si dices cosas buenas, es probable que suenes como oportunista y/o lambiscón -sobre todo si se las dices a un superior- y si dices cosas no buenas, te guardarán rencor todo el año. Es una fiesta, no una sesión de terapia. Mejor cállate, sonríe y diviértete escuchando las metidas de pata de otros.
- No abras tu corazón. No hagas revelaciones ni confesiones. Si dices cosas buenas, es poco probable que te crean, y si te equivocas tardarás en lavar las manchas a tu imagen. Cállate, sonríe y deja que otros hablen de sí. No intensees, ni filosofes, ni profundices en los temas, a menos que quieras que todos huyan de tí.
- De ningún modo aproveches el momento para resolver conflictos "en este ambiente de apertura y fraternidad". Lo mismo se aplica en materia de negociaciones, acuerdos o compromisos. La palabra empeñada entre ponche y ponche suele tener la misma vigencia que los recursos de la Cenicienta: hasta medianoche.
- No propongas nuevas estrategias de negocio, mejoras a los procesos ni ideas brillantes. Si de veras es bueno lo que vas a decir, hay otros momentos para hacerlo. En la fiesta te lo van a robar. Y si es una pendejada, vas a atentar contra tu imagen y a servir de diversión para alguien más.
- Evita a toda costa tratar de ser "el alma de la fiesta". Eso nunca funciona y siempre se regresa como un boomerang. No tienes que contar chistes, ni bailar con una copa en la cabeza, ni ser tú quien haga la rifa ni entrarle a "las dinámicas". Si la reunión incluye la actuación de un mariachi, resiste a la tentación de cantar rancheras. Si de plano se impone tu vena vernácula, canta en grupo (para dismular cuando desafines u olvides la letra) y no más de dos o tres canciones.
- No aproveches la ocasión para mostrar a tus compañeros tu "verdadera" personalidad, o esa faceta desconocida de tu alma. Evita revelar a la mujer sensual que llevas dentro, o al poeta, el bailarín, al político, o lo que sea. A nadie le importa realmente y sólo suele servir para diversión de los demás.
- No salgas en todas las fotos. Una o dos es más que suficiente para que te recuerden en los años por venir (si es que a alguien le importa la fiesta en el futuro, cosa poco probable), y si sales en muchas acabarás pareciendo un(a) argüendero(a) o, peor aún, un(a) payaso(a).
- Si no te gustó el lugar o la organización de la fiesta, o la comida, guárdate de expresarlo durante la fiesta. Si lo haces, parecerás "amargoso", soberbio o desagradecido. Ya habrá otros momentos.
- Si no ganas nada en la rifa, pon buena cara, como si te diera gusto por tus compañeros más afortunados. Si lo que te ganas te parece una porquería, pon buena cara, como si te hubiera gustado mucho (ya habrá modo de dar un roperazo).
- Lo que pasó en la fiesta se quedó en la fiesta. En los días siguientes, no analices, critiques, comentes, recuerdes lo que sucedió. De ninguna manera chismees. Si viste o notaste "algo", olvídalo. Si tienes alguna foto comprometedora o simplemente fea, bórrala de tus archivos. Si has de comentar algo sobre la fiesta, que sea neutro y en tono positivo.
- Si cometiste una estupidez no demasiado importante, no te azotes. Ya pasó. Sólamente procura recordarlo el año que viene, para no reincidir. Si cometiste una estupidez mayor, pon al día tu currículum porque puede ser que haya llegado el momento de buscar otro trabajo.
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