Empresa y país La marca España cerró hace tiempo el servicio de atención al cliente Juan José Millás 12 ABR 2013 - 00:00 CET ¡Ah, la marca España, la puta marca España! ¡Qué hallazgo, lo de asociar un país con un producto de consumo! Había que venderla, pues, con las técnicas agresivas con las que se vendía un coche, una lavadora, una tendencia. El objetivo, de acuerdo con la jerga del márquetin, era convertirla en una marca “aspiracional”. Que uno deseara tener títulos de esa empresa como otros se mueren por pertenecer al Club de Campo (aunque luego no paguen). ¡La marca España! El pobre Margallo todavía sueña con una campaña como la de Fanta, que se enfrentó valientemente al prestigio de las bebidas con burbujas y ganó una batalla, aunque parece que perdió la guerra: pagafantas ha devenido en sinónimo de idiota. Quizá haya llegado el momento de dejar de ser un producto de consumo para ser de nuevo un país (si alguna vez lo fuimos), una familia, permítanme la afectación, donde, más...
La Office of Government Commerce del Reino Unido decidió recientemente rediseñar su logo. El resultado ha dado mucho de qué hablar entre su personal, en la prensa y en internet, porque cuando se rota 90° en el sentido de las manecillas del reloj puede adquirir un significado muy peculiar, como se aprecia abajo. Esto quizá no sea evidente en la papelería, o en medios en los que no haya forma de girar el logo, pero en plumas y otros promocionales la alternativa de interpretación debe ser casi inevitable. Más de una persona que conozco diría "qué mal pensados" o "morbosos". Pues si, pero se trata de comunicación institucional y el rediseño costó 14 mil libras. Información adicional sobre este gracioso caso de rebranding en http://www.internalcommshub.com/open/news/ogc.shtml
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