Entrada en proceso de construcción.
En esta ocasión cedo el teclado a la experiencia, para plantear a los colegas que me honran con su presencia en este espacio una lista de lo que yo sugeriría tener muy presente a la hora de diseñar e implantar estrategias de comunicación. Estos requisitos no están en orden de importancia, ni en ningún otro orden, porque cada situación es distinta e impone distintas exigencias. No son tampoco mutuamente excluyentes ni exhaustivos. Pero pueden ser mucha utilidad si se usan como lista de verificación ante los retos que plantea la comunicación para el cambio, que no suelen ser menores.
- Trabaja siempre alineado con la estrategia de la organización. En particular, debes conocer a fondo y comprender perfectamente la estrategia y las tácticas de cambio, de forma que puedas justificar cada actividad de comunicación que propongas en términos de su aportación al logro de los objetivos estratégicos que persigue la organización.
- Asegura la consistencia de los planes y programas de comunicación con la cultura (valores, creencias y forma de hacer las cosas) de la organización. Este es un aspecto fundamental que con mucha frecuencia se olvida. Si las acciones de comunicación no se planean y ejecutan tomando en cuenta el estilo comunicativo de la organización y específicamente con apego a los valores, lenguajes e íconos propios de la misma, pueden ser percibidas por los receptores como ajenas, extrañas o desconectadas de las exigencias “reales” del cambio y con ello perder efectividad. Esto no significa que no haya posibilidad de innovar, e incluso de salirse de los esquemas comunicativos acostumbrados, pero debe hacerse con claridad de objetivos, tomando siempre en cuenta el marco cultural de la comunicación y prestando mucha atención a los avances de los procesos, para corregir oportunamente si hace falta.
- Planea tomando en cuenta el contexto de la comunicación.
- Entiende, y deja bien claro entre todos los involucrados, que los procesos de cambio verdaderamente de fondo suelen ser a largo plazo. No hay quick fixes ni “rapidines” cuando se trata de cambios profundos, importantes. Por eso, no te engañes ni confundas a tu jefe o a tu cliente: en este negocio del cambio hay que ver a mediano y largo plazos, y tener paciencia, si se quiere llegar lejos.
- Asegúrate de no “hacer olas” (más que lo estrictamente necesario).
- Haz de la veracidad y la transparencia los fundamentos éticos de la función.
- Enfócate en acciones, no en rollos, haz que la organización y sus líderes hablen a sus stakeholders con “la neta” (al grano, concreto, directo).
- Convierte al receptor en emisor siempre que sea posible.
- Asegura la participación de la gente por medio del involucramiento en la planeación.
- Haz equipo, haz equipo, haz equipo. Si la organización en la que desarrollas tus actividades de comunicación es del tamaño y la complejidad suficientes para requerir de los servicios de un comunicador profesional, no hay modo de que la estrategia de comunicación para el cambio logre plenamente sus objetivos sin el apoyo de diversas áreas y personas. Hay que hacer equipos, establecer alianzas, sumar. En este trabajo cada vez sirven de menos y son menos respetados los “llaneros solitarios” y los hombres orquesta. Hay que trabajar en equipo.
- Prevé (con realismo) diferentes niveles de compromiso e involucramiento.
- Asegura el respaldo de los niveles de dirección a las acciones de comunicación para el cambio.
- Apoya en el desarrollo de habilidades de comunicación y uso de la información.
- Mantén bien informados a todos los involucrados.
- Como comunicador, esfuérzate al límite por ser técnicamente impecable, asegurando la consistencia y congruencia entre estrategias, objetivos, mensajes y medios.
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