Hace unos días me topé con esta gráfica en la red: las 10 corporaciones que controlan el mercado mundial de productos de consumo. Si ampliamos la imagen para ver en detalle las marcas, encontramos no menos de 50 con las que tenemos contacto muy frecuente. Puras “marcas líderes”.
La imagen refleja la espeluznante concentración del poder económico en muy pocos centros de decisión que se han vuelto más fuertes que cualquier gobierno.
Puede hacerse una gráfica igual para cada sector de la economía. En la línea del consumo habría que seguir con la distribución: Walmart et al. Pero imaginemos el mercado farmacéutico, por ejemplo, tan lucrativo y repartido entre muy pocas y poderosísimas manos, o el automotriz, o el de electrónica…
Las grandes corporaciones globales, que indudablemente en muchos sentidos han jugado papeles con facetas positivas porque no todo es blanco y negro, tienen en su lado oscuro bestias voraces, babeantes e implacables capaces de usar su inmenso poder sin precedentes contra quien sea y lo que sea, en función de mantener sus beneficios, llevándose entre las patas sociedades enteras sin miramientos (ej. caso Wal-Mart / México de estos días), en nombre de sus “accionistas”.
No hay contrapesos para este poder.
Fuente: Business Insider
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