Ayer, en la ceremonia de toma de protesta a los nuevos integrantes de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción, el Presidente Felipe Calderón dijo que hacen falta nuevos impulsos para que la economía siga creciendo, como las reformas estructurales. Concretamente en lo referente al trabajo dijo que
"Se requiere una Reforma Laboral para quitarle el freno a la creación de empleo en México, que permita a más mujeres y a más jóvenes adaptarse a los horarios, las necesidades específicas de mujeres y jóvenes que incentive la contratación de personal y no que la inhiba, que permita que el trabajador tenga un empleo y el empresario producir más."
Ojala que los legisladores, si algún día (algún siglo de estos) el Creador permite que se aboquen a actualizar la Ley Federal del Trabajo, tengan presente que NO solo se trata de mejorar cuantitativamente el empleo, sino de adecentarlo (en el sentido que da la OIT a la noción "trabajo decente").
No es extraño, lo estamos viendo ahora mismo en España, que con el pretexto de facilitar el crecimiento del empleo, las reformas en la materia en realidad castiguen el trabajo empeorando las condiciones en que se lleva a cabo y/o la remuneración, con ventajas inequitativas para la empresa.
Esto antes o después, ya lo veremos en la Madre Patria, destruye el empleo antes que fortalecerlo porque desvaloriza el trabajo, empobrece a la población y con ello debilita el mercado interno, erosiona el compromiso, interés y lealtad de los trabajadores, estimula la búsqueda de alternativas en la economía informal y aumenta la conflictividad entre la empresa y su personal, entre otras consecuencias.
Con un mínimo de visión a futuro, las reformas se orientarán al aseguramiento de la calidad del empleo, a la búsqueda del trabajo decente, antes que a simplemente acrecentar las estadísticas del empleo flexibilizando las condiciones a favor del empresario y en detrimento de las condiciones de los empleados.
De otro modo, se ayudará a consolidar el infierno contemporáneo en que se ha convertido el trabajo en este principio de siglo.
Comentarios
Publicar un comentario