Hace doce meses, en Año Nuevo, los usuarios de teléfonos celulares de todo el mundo enviaron la cifra récord de 43 mil millones de mensajes de texto, o "mensajitos", 30% más que en las mismas fechas de 2006. Los 50 millones de usuarios de telefonía móvil de Filipinas fueron los más activos en este sentido, intercambiando nada menos que ¡1,390 millones de mensajitos!, 29 por persona. (Fuente: Ascision)
Entre la noche de hoy y mañana todo el día yo debo recibir la muy modesta cantidad de ocho o diez mensajes de felicitación, y enviaré dos o tres. No soy representativo de este fenómeno. Pero estoy seguro de que durante varias horas el sistema se congestionará en México por las felicitaciones y buenos deseos. Es lógico: pocas herramientas de comunicación son tan fáciles de usar y tan baratas; el SMS es un recurso de altísima convivencialidad (Ilich).
Hace no mucho, supe de un sondeo entre los integrantes de una de mis empresas cliente para evaluar la conveniencia de adquirir una herramienta de comunicación empresa-personal via SMS. Con ella, podrían enviarse mensajes a todos los empleados usuarios de teléfonos celulares, en su totalidad o por segmentos, desde una computadora. Parecía un excelente recurso de comunicación, particularmente útil en crisis y en general en situaciones en que se requiriera cobertura y velocidad.
Dado que se trataba de una compañía de servicios con 4,000 integrantes, casi todos dispersos en las oficinas de sus clientes a lo largo y ancho del país, mi previsión era que se iba a aceptar de buen grado. Pero no fue así. La gente lo vio -o al menos así lo dijo- como una intromisión en la vida privada y rechazó la idea. (Paradójicamente, muchos de los opositores a la idea poco tiempo después solicitarían blackberryes para poder "estar conectados").
De cualquier forma, el SMS me parece un fantástico recurso de comunicación y apoyo entusiastamente la idea de enviar mensajitos de año nuevo. Al mismo tiempo, me pregunto qué se puede hacer para que los mensajes no sean repetitivos y acaben percibiéndose como indiferenciados. El reto es no caer en el lugar común y de ser posible lograr que nuestros textitos destaquen y sean dignos de recordarse, al menos durante los cinco minutos que los mejores tardarán en ser copiados y reproducidos por miles.
¿Cómo hacer buenos mensajitos? Hay una serie de factores que entran en juego, sobre todo la creatividad y las capacidades de uso del lenguaje del emisor, además del conocimiento del receptor. No es tan fácil. De entrada, sugiero tomar en cuenta como criterios de calidad los siguientes:
- Los mensajes deben ser, o al menos percibirse como, individualizados. No enviés el mismo mensaje a personas que se conozcan entre si y, por supuesto, no mandes un mensaje a una persona más de una vez.
- Es mejor si son originales, pero no tanto como para que no se entiendan ("que la suma de parabienes converja en tu karma cual resonancia de un universo propicio"). Evita a toda costa el "¡Feliz Año!", eso y nada es lo mismo, y frases huecas como "te deseo lo mejor".
- Deben ser breves y con ello contundentes -un máximo de 15 palabras me parece un parámetro aceptable- pero no telegráficas ("felicidades, lo mejor, te extrañamos, vuelve pronto").
- Deben estar escritas con corrección ("felisidades y que aya puras cosas buenas en tu bida, qerido Brayan"), aunque se use el código super comprimido en boga en SMS ("k seas feliz, X TQM").
- Es mejor evitar las palabras fuertes, sobre todo para adjetivar al receptor ("pinche flaca babosa, como te quiero me cai"), porque es muy difícil construir un mensaje mínimamente elegante con groserías ("¡que te vaya de poca madre y que todos tus jodidos deseos se cumplan ¡a huevo!").
- Del mismo modo, lo excesivamente coloquial puede "acorrientar" el mensaje y dar mala imagen a quien lo envía ("¡no manches güey, que buen pedo de fiesta y que poca de quienes no vinieron!").
- No albures, punto ("que de lo más oscuro de tu pasado surja el camino hacia tu felicidad y me permitas darte una mano en momentos de necesidad").
- En general, hay que mostrar tacto y consideración para quienes sufren, enviando intenciones positivas y evitando recordarles el motivo de dolor (es mejor "tengo la seguridad de que alcanzarás tus metas durante 2009" que "ojalá que domines tu sobrepeso"; "que sea un año de crecimiento y desarrollo profesional" es preferible a "que conserves la chamba").
- La expresión "te deseo" puede mover fibras sensibles en algunos receptores. Por eso, ponerla en el primer renglón, sin nada más, puede tener un efecto comunicativo interesante, que eventualmente derivará en realismo o desilusión, una vez que se defina qué es lo que se le desea a la persona en cuestión.
Creo que las claves de la calidad de los mensajes SMS para felicitar por el Año Nuevo son: personalización, calidez y sobre todo, sencillez.
Erlich, en elpais.com
Una recomenadción adicional es mandarlos lo más temprano posible, para evitar que se atasquen en el congestionamiento de la noche y acaben llegando mañana.
Nota: Acaba de llegarme el primero de la temporada, enviado por mi querida amiga Celia Ruizsandoval.
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